Poco dado a los halagos, llama poderosamente la atención que el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, destaque la celeridad con el que la Xunta, y la UTE contratada para ello, realiza la obra de construcción del enlace de la carretera nacional N-VI con la Vía Ártabra, en Iñás.
El elogio lo realizó en una reciente visita del presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, al municipio para supervisar las mejoras que el Gobierno provincial había realizado en dos vías locales. Una en Mera y la otra en San Pedro de Nós.
Cabe recordar que la Xunta reanudó los trabajos de la infraestructura el pasado mes de junio después de haber permanecido paralizadas alrededor de un año.
El Gobierno autonómico anunciaba que retomaba los trabajos porque consideraba imprescindible concluir la actuación, ya iniciada, para garantizar la seguridad viaria de los conductores, la fluidez del tráfico y la ordenación del territorio del entorno.
La configuración del enlace es tal y como estaba proyectada: con un nivel superior para la N-VI con cuatro carriles de circulación, un nivel intermedio con forma de glorieta y un nivel inferior para darle continuidad a la Vía Ártabra, que quedará preparado para su prolongación futura hacia la AP-9.
Esta parte de la obra estaba previsto, en un principio, que finalizasen la primavera próxima. Lo que sí es seguro, según indican desde la Consellería de Infraestruturas, es que una vez finalizadas estas obras, se rescindirá el contrato con la UTE adjudicataria del contrato de construcción de la prolongación de la Vía Ártabra.
La conselleira Ethel Vázquez ya avanzó, en su momento, que una vez completado el enlace, la conexión de esta infraestructura con la AP-9 quedará en suspenso hasta que el proyecto cuente con plenas garantías jurídicas. Aprovechaba para lamentar las consecuencias de la ofensiva judicial del Ayuntamiento de Cambre contra una infraestructura estratégica para el área de A Coruña.