Adaptarse al cambio climático

Desde hace décadas vengo insistiendo en la gran influencia que ejercen los determinantes ambientales en la salud. La crisis climática, la pérdida de biodiversidad, la acumulación de plásticos en mares y océanos, la contaminación del aire en las grandes ciudades que causan cerca de 8 millones de muertes al año, se han convertido en problemas ambientales de primer orden, con consecuencias devastadoras para el medio ambiente y para la salud de la humanidad; de ahí la necesidad de adoptar medidas de adaptación al cambio climático tendentes a limitar los impactos, reducir las vulneralidades y aumentar la resiliencia al cambio del clima de los sistemas humanos y de los sistemas naturales.


Es urgente establecer una estrategia de actuación para afrontar el impacto de la variación del clima en las personas, sobre todo en las ciudades y poblaciones costeras que serán las más amenazadas, así como implantar políticas sanitarias públicas que influyan en la consolidación de modelos sostenibles y hábitos de vida saludables. La planificación energética y urbanística, el transporte ecológico y el vehículo eléctrico serán algunas de las claves para minimizar en la medida de lo posible sus consecuencias.


Las ciudades europeas están adoptando medidas para la reducción de las emisiones de GEI, afrontando la contaminación del aire mediante el uso de las energías renovables, la movilidad eléctrica, el carril bici; si bien es preciso un mayor nivel de compromiso de los gobernantes y de toda la sociedad, con medidas más contundentes para combatir los efectos del cambio climático. El papel de la Unión Europea ha sido decisivo de cara a que se produjera un retroceso en la reciente COP27 celebrada en Egipto, si bien no pudo salirse con la suya de que se aprobaran medidas más contundentes para afrontar los efectos del calentamiento global, debido a las reticencias de numerosos países a avanzar en el proceso de descarbonización y transición energética. Mitigar el cambio climático nos ayudará a que sea más fácil adaptarse a los cambios que ya no podemos evitar.


Es urgente adoptar las medidas necesarias para adaptarnos a los efectos del calentamiento global, es una cuestión de ética fundamental, de justicia social y de respeto por los derechos humanos, es un imperativo moral de toda la sociedad para erradicar la actual pobreza extrema y garantizar un desarrollo económico equitativo y sostenible de todos los pueblos del mundo, y con ello la igual dignidad de todos los seres humanos.


En la lucha contra el cambio climático el tiempo juega en nuestra contra, por lo que es preciso movilizar al mundo y muy especialmente a los gobernantes de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas, para acelerar el proceso de descarbonización y la transición energtica, impulsar el uso de las energías renovables, la movilidad verde y la economía circular si queremos garantizar el futuro del medio ambiente y la salud de la humanidad.


Cuidando el medio ambiente, protegemos nuestra salud; si destruimos la naturaleza, antes o después, la naturaleza nos destruirá a nosotros.

 

Adaptarse al cambio climático

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