La ciudad coruñesa, se halla esta temporada colapsada por las obras que se llevan a efecto al mismo tiempo, en el centro de la ciudad y el caos circulatorio es habitual a diario, al igual que, el peatonal. Así tenemos obras en la calle Juana de Vega, con la Alameda y Cantón Pequeño, un cruce complicado para los peatones y buses, a estos, les cuesta dar la vuelta desde el Cantón a Juana de Vega, sobre todo, si no, son de la ciudad y viene de otra localidad o provincia. Está cortada la calle Betanzos, por obras en la misma y confluencia con Plaza de Lugo y está vía en dicho punto con un solo carril de entrada, ocasionando un embudo en la Plaza de Pontevedra, donde hay que girar hacia Teresa Herrera y enfilar la Plaza de Lugo en dirección a Plaza de Orense, esperemos que al final, el firme no quede, rugoso y se arregle en condiciones al igual que el de la Plaza de Lugo, que está en pésimas condiciones.
A esta obra, hay que añadir la que se lleva a efecto en la Glorieta América, donde se halla el Palacio de la Ópera y lleva un tiempo con el tráfico colapsado, a esta obra se añade la que se está llevando a cabo en el Arenal de San Andrés, en toda su extensión y cuyos planes está previsto duren un tiempo, debido a la reconstrucción en su totalidad de dicho vial, así como la nueva configuración de la Plaza de Santa Catalina, además de la obra interminable que se lleva a efecto en Durán Loriga, que no se da acabado, parecen obras menores, pero llevan tiempo, en lugar de acabar una y empezar otra, se hacen todas al mismo tiempo y dan lugar a graves perjuicios a todos los ciudadanos, los que: Van andando, en automóvil y a los sufridos comerciantes y hosteleros, por las pérdidas que se ocasionan a sus intereses empresariales.
Las obras se deben hacer y planificar, para evitar perjuicios a la comunidad ciudadana, no emprender un rosario de obras al mismo tiempo y dejar la ciudad en un momento en que estamos a las puertas del verano y con cantidad de forasteros en ciernes de visitarnos, y llevarse la sorpresa que se están llevando los coruñeses, de hacer un rosario de obras en el centro a la vez, cuando lo normal y ético sería dosificar esos recursos y darle un mayor valor con equidad, en su planteamiento, de terminar una obra y comenzar la siguiente, pero, no tener todo el centro de la Coruña con trincheras a un lado y a otro, es todo un despropósito, aunque para la municipalidad, sea lo indicado, todo en uno y haber como sale. Según la teoría, cuando se abarca mucho, algo ha de salir mal.
Ya veremos el resultado, los coruñeses quieren obras, pero, con moderación, no este disparate de todas al mismo tiempo, sin contar las que todavía están en marcha en otros puntos de la ciudad y no dan terminado.