Hoy dedicaré este espacio a esta magna institución social coruñesa que el 1° de mayo, cumple 136 años de existencia prestando su inestimable apoyo a todas aquellas personas que necesiten su ayuda. Una obra al alcance de todo el mundo que se encuentre en situación de exclusión social. Dicha entidad nace con vocación social el 1 de mayo de 1886 como Asociación Benéfica Privada, cuenta con sus propios estatutos y cuyo objetivo principal, es proporcionar alimento todos los días del año a las gentes más desfavorecidas de la sociedad, las cuales también pueden acceder a los servicios de higiene personal, los cargos son honoríficos.
Según cifras de la entidad en 2020 se sirvieron 30.000 desayunos, 70.000 comidas, 340.000 raciones para las familias, 27.000 servicios de duchas y lavandería, 14.000 estancias en el centro de día y 6.000 atenciones presencial.
En la actualidad del día a día de esta institución benéfica, la cual funciona con las aportaciones que hacen los coruñeses e instituciones y más que debería hacerse, por el gran trabajo que tiene en atender cada vez a un número mayor de personas que recurren a esta entidad para paliar su difícil precariedad económica por la que atraviesan muchos de aquellos colectivos que se ven obligados a acudir en el preciso socorro de sus más inmediatos problemas económicos y que tratan de subsistir como buenamente pueden.
La entidad tiene en cuenta la bolsa de pobreza estable, en donde los inmigrantes son una mayoría, que después de los altibajos del 2020, el pasado ejercicio, fue el de la normalidad, desde la llegada de la pandemia que arrasó el planeta en 2020. Siendo un total de 1.500 personas al año las que pasan por sus instalaciones, lo que supone una elevada cifra para poder atender a todos los usuarios, que además coincide ahora con la inflación desbocada y la subida alcista de todos los recursos precisos para atender a los necesitados. Por lo que precisan una mayor capacidad económica de los coruñeses en atender su quehacer diario, la generosidad de los ciudadanos, no puede fallar.
El perfil del usuario, suele ser varón en situación de pobreza, muchos de ellos sin techo, la media de edad oscila en los 45 años, aunque la mayoría ronda entre los 30 y 40 años, la mitad son inmigrantes, un colectivo donde la precariedad suele ser elevada, muchos de los nuevos usuarios no disponen de recursos económicos, algunos, reciben un subsidio, apenas unos pocos, dispone de un salario, una mayoría comparte piso con amigos o familia. Todo el colectivo se ve en la necesidad de recurrir a las prestaciones que brinda la Cocina Económica, de lo contrario, no podrían subsistir y todo gracias al apoyo que brindan a la institución las personas y entidades que colaboran con esta entidad claramente de vocación social.