La dignidad, un valor único

la dignidad es un valor único, que supone el respeto y la consideración que todos los seres humanos merecemos, ya que nacemos libres e iguales en dignidad y derechos. La dignidad viene a ser la conducta correcta y ejemplar del ser humano a lo largo de su existencia, estando sometidos a unas normas en la manera de comportarse, que guían cualquier acción de cada uno de nosotros, que supone un impacto en la vida de los demás y en la sociedad. 
 

Los principios éticos están unidos a cuestiones que afectan al comportamiento humano como son la autenticidad y la coherencia, que actualmente brillan por su ausencia. Lo preocupante es que los que lideran la sociedad y ocupan cargos relevantes, sean los primeros en practicar la doble moral, su discurso y su forma de actuar entran en pura contradicción. Cuántos más privilegios tienes, más ejemplaridad debes mostrar, estás más exigido y obligado moralmente a devolver a la sociedad lo que te ha dado. 
 

La mejor referencia moral es una conciencia limpia, obedecer a nuestra conciencia y ser consecuentes con nuestras ideas y principios. En el transcurso de la vida, elegimos un camino creyendo que es el correcto, aunque sepamos de antemano que no va a ser un camino de rosas y que no siempre nos va a traer felicidad, pero nos va a permitir ser coherentes y dignos de nosotros mismos. La ética tiene una importancia decisiva en nuestra vida, nos moldea como personas, nos ayuda a encaminarnos de forma correcta y hace posible que nuestras obras trasciendan en el tiempo y dejen huella. 
 

La crisis actual de valores tiene que hacernos cuestionar el modelo de vida dominante de esta sociedad consumista de ambiciones desmedidas, en la que todo vale con tal de alcanzar poder y dinero. Es preciso alzar la voz en la búsqueda de una sociedad en la que afloren los valores que engrandecen al ser humano: la honestidad, el respeto, la tolerancia, la bondad, la amistad, el amor, la solidaridad, la paz, la libertad, la justicia, la equidad, la ética, la responsabilidad; solamente desde estos valores se puede construir una sociedad en la que prevalezcan la paz, la concordia y la igualdad de todos los seres humanos.
 

El ser humano pierde su dignidad cuando se deja manipular por otra persona o permite que le humillen o consiente que se lo hagan a otra persona o comete actos indignos, es entonces cuando se queda sin su principal escudo protector. Lo único que no puede perder nunca el ser humano es su dignidad, ni por nada ni por nadie. En una sociedad libre y democrática, la dignidad es un derecho del individuo que tiene que servirle para proteger su integridad como persona, priorizando a los más necesitados y a los excluidos. 
 

La persona íntegra y auténtica, que es firme en sus convicciones y se comporta con dignidad, manifiesta una conducta ejemplar y aporta buenas obras a la sociedad en el transcurso de su vida, podrá afrontar con dignidad situaciones adversas e injustas que se le presenten en el camino, y sentirse satisfecha y orgullosa de sí misma, es el mejor legado que puede dejarle a la sociedad y a sus seres queridos, ya que todo lo material se queda aquí.

La dignidad, un valor único

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