La galería MaicArt ofrece una muestra colectiva, en la que participan Antonio Ameneiros, Giovani Ramírez, Nena Ventura, Xermán Rodríguez y A Flaira ( María Rodríguez). Antonio Ameneiros (Ferrol, 1974) presenta cuatro piezas realizadas en taracea, técnica que consiste en articular pequeñas láminas de madera de distintos colores para formar una imagen; de este modo ofrece una escena de jóvenes divirtiéndose, una muchacha sentada en una motocicleta, otra disparando una cámara fotográfica y a la actriz Audrey Hepburg fumando una larga pipa y con tatuajes en los brazos. Giovani Ramírez (El Tinaco, Estado Cojedes, Venezuela, 1954) trabaja con gran delicadeza y lirismo la técnica de la acuarela y nos ofrece una visión luminosa de ciertos rincones de A Coruña, como la plaza de la Ciudad Vieja donde se sitúa la iglesia de Santa María o la plaza de España, en la obra titulada “Paseando por A Coruña”. A Flaira (seudómino de María Rodríguez, Carral, 1959) muestra una serie de obras que representan desnudos femeninos, algunos vistos de espalda de ampulosas formas y, otros, más delicados, vistos de frente y portando rosas en sus manos que parecen flotantes cometas, de este modo trata de mostrar su alter ego, ese íntimo territorio donde flotan los anhelados sueños. Nena Ventura (A Coruña, 1960) ofrece una singular composición titulada “Entre lusco e fusco” donde, sobre un fondo negro compartimentado en doce secciones, se superponen blancas formas geométricas y una especie de mata blanca de picudas hojas, a la par que flotan aéreas y pequeñas manchas, algunas también blancas y otras amarillas; ofrece también un grupo de pequeñas tablas de madera, con títulos como “Interminable horizonte”, “Fío solto”, “Camiño de a pé”, “Fogar na area”, entre otros, donde juega con  los contrastes liso rugoso y con diversas formas de collages, pirograbado y pintura; demuestra, así, saber utilizar la materia de un modo excepcionalmente creativo. Xermán Rodríguez (Berna ,Suiza, 1975), se crio en Francelos, a la orilla del Miño, donde estableció una honda conexión con la naturaleza; fruto de ello son las esculturas que presenta, como “A serea”, una pieza de gran estilización donde combina una forma arborescente de hierro con la flotante y alargadísima forma verde esmeralda de la sirena que parece flotar en el aire; realizada en plancha de hierro es la obra “Casandra”, en la que configura una estilizadísima figura femenina arrodillada en el suelo; singular es la pieza “Reflexión” que representa una figura desnuda de color verde esmeralda, sentada en cuclillas dentro de una vitrina y con la cabeza apoyada en una rodilla, mientras sobre su espalda flota un enredado alambre de cobre  que podemos leer como un símbolo de sus pensamientos. La exposición, en conjunto, ofrece la posibilidad de comprobar que los caminos de expresión artística son innumerables y que, más allá de la figuración, abren inéditos espacios para un imaginario lleno de sorpresivas posibilidades.