Permanentes retrasos ferroviarios

Una vez más vuelvo a escribir sobre los trenes que enlazan Galicia con Madrid. Y una vez más tengo que volver a criticar las dificultades que están teniendo estos convoyes ferroviarios para llegar a su hora y no producir entre el pasaje momentos de tensión, de controversia, y en ocasiones de muy malas situaciones en las que los nervios se suelen desatar y las consecuencias las paga el personal que viaja en el tren. Las esperas en las estaciones se eternizan y en la gran mayoría de las ocasiones los usuarios no  reciben las respuestas adecuadas para conocer a qué se deben los reiterados retrasos en el convoy o a que este salga más tarde de lo fijado en la hora inicial.


La del pasado lunes fue una jornada de espera por los usuarios  del ferrocarril, cansados por doble motivo: por pagar demasiado caros los billetes que les ofertan , o por  no conseguir los que se ponen muy baratos y desaparecen en la página donde se anuncian a los cinco minutos. Señalaba que era un día esperado por la  entrada en funcionamiento del tren de bajo costo,”low cost”-Avlo- que enlaza Vigo con la capital de España. Los numerosos vagones de los que se componía el tren que salió a una hora muy temprana de Vigo estaban totalmente llenos. Y a partir de su inicio de recorrido los  retrasos se fueron acumulando de forma ostensible sin que las respuestas adecuadas llegaran a los sufridos viajeros que en uno de los tramos llegaron con tres horas de retraso.


El día de este nuevo desaguisado ferroviario tomé un café con un compañero periodista que todas las semanas tiene que viajar una o dos veces a Madrid por motivos profesionales. Me comentó que  las dificultades siguen siendo muchas. A la falta de billetes se acumulan los retrasos que imposibilitan muchas veces que las operaciones de trabajo previstas para antes de la comidas se tengan que clausurar porque el tren está parado en alguno de los tramos sin que los viajeros sepan las razones por las que está detenido y la comunicación telefónica es nula. Además me daba cuenta también de la enorme picaresca surgida  para la compra de billetes. Al no conseguir un tramo directo desde el punto de origen al de destino, los viajeros van comprando tramos distintos según las paradas que hace el tren para completar el recorrido con llegada a la estación de Chamartín.


Llevamos demasiados problemas con la implantación de la línea ferroviaria entre Galicia y Madrid. Los retrasos e incumplimientos se fueron acumulando en los años. Ahora cuando parecía que lo más importante, la entrada en funcionamiento de los nuevos trenes, era una realidad, los problemas siguen siendo los mismos o muy parecidos: retrasos permanentes a la hora de llegada y también de salida. Renfe en su condición de responsable máxima debería tomar cartas en el asunto. Los viajeros no tienen por qué seguir pagando las consecuencias, con su propio dinero, de los errores cometidos durante años… y que se siguen manteniendo. Galicia demanda disponer de unos trenes adecuados y que los horarios se cumplan. La ruleta de la fortuna horaria en los desplazamientos es un riesgo demasiado elevado.

Permanentes retrasos ferroviarios

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