Pobreza

Pese al aumento del bienestar de una parte de la población, los datos de pobreza en España, son inquietantes, el Gobierno en sus intentos, no es capaz, de reducir la capa de pobreza que acumula el país, por diversos motivos coyunturales, desde la llegada del actual primer ministro al poder, el grupo de afectado representa casi el 27% del PIB. El aumento del porcentaje de una parte importante de la población en riesgo de pobreza y exclusión social, sigue en ascenso. El sistema económico español, no es capaz, de reducir la brecha, sino, que todavía a aumentado en el 2023, en medio punto porcentual.


La tasa con la que se mide la pobreza se compone de tres capas sociales, los que están en situación de riesgo relativo, en situación de carencias materiales y sociales severas, por último, aquellos que disponen de una línea de poca productividad o escaso rendimiento, es decir, de los que, no hallan trabajo o apenas hacen unas horas, semanas o meses, en el cómputo general, en alguno de los trabajos ocasionales y cuyo índice esté relacionado con la evolución económica del país, el PIB.


Lo curioso del caso, es que, esta franja social, no se ha reducido en los últimos ejercicios económicos del país, pese a su crecimiento, en el año 2019, el índice era del 26,2%, con lo cual y pese a ese crecimiento, el modelo hizo aguas por alguna parte, ya que, un buen número de ciudadanos  se mantuvo en la misma situación, cuando debía haber disminuido y aumentar su bienestar social en general.


Se da la casualidad, que, acontece en un momento, que, el gobierno, presume de sus políticas sociales, dirigidas a la clase económica, más desfavorecida, pero se encuentra, con el problema de que es la clase, más castigada con las últimas medidas tomadas por su gabinete y que afectan de forma directa a esta clase social. Cuando debería haberse tomado en consideración un modelo menos directo y mejor proyectado, la subida del salario mínimo y del ingreso vital está fallando porque indirectamente este núcleo está pagando las consecuencias, al ser el que peor parado sale de sus trabajos temporales al ser los primeros en abandonar sus puestos, al haber ido acompañada esa subida de las cotizaciones sociales. Se pudo intentar un diálogo, no, se hizo, el gobierno sacó adelante su proyecto sin contar con la patronal, que al fin y al cabo, es quién crea los puestos de trabajo.


Las amargas consecuencias, son aumentar el riesgo de pobreza, al limitar la contratación temporal. Con su propuesta, está perjudicando a la clase social más débil.


Hay muchas formas de hacer las cosas bien, mal las hace cualquiera y ésta, resulto fatal, por sus consecuencias. La subida puede ser asumida, pero el diálogo, fue lo que falló, y todo se fue al traste.

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