Vive España envuelta en un ambiente poco saludable, democráticamente hablando. Sánchez habita en un palacio con su señora y al margen de la realidad social. Está rodeado de palmeros que conforman su universo y que lo alejan de la España real, cada vez que pisa la calle recibe respuestas indeseadas que no quiere escuchar, quizá por eso la pisa poco. Pero ¿por qué? Vamos a exponer unas pocas razones que tienen a la ciudadanía muy cabreada, digo unas pocas porque todas no caben en todo el periódico. Sánchez dispone de cientos de asesores en nómina y, alguno de ellos, filtró hace unos días a todos los medios el argumentario de respuestas que la ministra portavoz debía de dar a los periodistas tras el consejo de ministros y así fue. El control de la factoría Moncloa es total y no confía ni en sus ministras, por eso les escribe al dictado lo que deben decir. Con este nivel de control, pretenden que nos creamos que una meritoria, jefa del gabinete del jefe de gabinete de Sánchez, filtró a Lobato el mail que demuestra que desde la fiscalía se utilizaron datos privados y confidenciales de un presunto defraudador fiscal. La justicia lo aclarará, pero, de momento, el fiscal general de estado está imputado en la causa, hecho que no tiene precedentes en nuestra democracia. El gobierno ha decidido que para ir a un hotel hay que dejar allí por escrito toda tu vida, incluido el numero de tu tarjeta de crédito y cuarenta datos más. Esto pasa en Cuba y otros países comunistas, pero parece que a Sánchez le gusta el sistema, el control de todos los movimientos de los ciudadanos, sin dejar un solo espacio para la privacidad mermando la libertad individual, que ya no le gusta tanto. El gobierno muestra sus respetos por el Ramadán, pero no felicita la Navidad a la ciudadanía, eso sí, sus amigos “animalistas” callan ante los miles de corderos degollados que esta festividad deja, pero arremeten contra los toros por ser una tradición milenaria y española. El gobierno patrocina a organizaciones feministas que alaban el sanchismo y que montan manifestaciones contra los acosadores de mujeres sí, menuda jeta, son acosadores de derechas porque aún no han convocado ninguna manifestación contra el acosador Errejón, a quien la catástrofe de Valencia ha dejado en un segundo plano, de momento. Ahora Sánchez anuncia la creación de una empresa de vivienda pública, una copia del Instituto Nacional de la Vivienda, una institución creada por Franco en otros tiempos. Entonces aparece la UGT para aplaudir la iniciativa y dando lecciones de como gestionar el asunto de la vivienda. Olvida la organización sindical su pasado, cuando creó la PSV y dejó tirados y sin dinero a miles de españoles que se apuntaron a aquella cooperativa “ugetista” que le costó millones a todos los españoles. Estarían mejor callados porque todos tenemos memoria histórica. La última de este sindicato son los cincuenta millones de multa y la cárcel para el que fue su secretario general en Andalucía, pero esto no lo verán en las televisiones. Cuenta el gobierno con Yolanda, la vicepresidenta que odia a los empresarios pero que, cuando el empleo crece, sale a los medios a ponerse medallas. Pero ¿Quién se cree esta señora que crea empleo? ¿Ella? Y para finalizar, el ministro Albares, de asuntos exteriores, ha anunciado que su prioridad como ministro de España es conseguir que el catalán sea lengua oficial en Europa. No arreglar los problemas con Marruecos, Argelia, EEUU o Gibraltar. Es para estar cabreado o no.