Tiempo de cambio

Ha comenzado septiembre, un mes musicalmente recurrido por medio de canciones con tintes nostálgicos y esperanzadores. 
 

A mi cabeza llama sin cesar la de Los Enemigos, que lleva por título el nombre del noveno mes del año. No sé porqué. Supongo que, de algún extraño modo, los humanos estamos programados para recordar de forma cíclica.
 

Y es que ha llegado septiembre, ese mes del año que significa el comienzo de las cosas, esa promesa que es prima a partes iguales del auto engaño y de la fe, y que nos recuerda que todo está por hacer y que todo es posible.
 

Sin pretenderlo, pienso en “Volver a Empezar”, la cinta dirigida por José Luis Garci, ganadora de un Óscar y que todo el mundo debería ver para entender de segundas oportunidades que, a veces o casi siempre, superan a las primeras.
 

Comenzar algo, desde una costumbre hasta un proyecto vital, no es nada sencillo. Es necesario hacer acopio de toda nuestra fuerza física o mental y cargar pilas para unos cuantos meses. Porque nadie nos cuenta lo complicado que va a ser hacer nuestro el cambio, pero la única manera de saberlo es iniciándolo y perseverando en él sin perder la ilusión.
 

Por eso septiembre es mágico. Porque se trata de una especie de punto de partida. De un renovarse o morir. 
 

De un querer seguir avanzando distraídos, aunque no sepamos bien hacia donde vamos realmente… y, en verdad, quien lo sabe?
 

Paseando por los coruñeses jardines de Mendez Nuñez la veo a ella, o mejor dicho, veo la estatua impasible de Emilia Pardo Bazán ante el paso del tiempo, del volver a empezar o de los septiembres concatenados. 
 

Sin embargo, estoy segura de que como mujer adelantada a su tiempo y genial escritora, se adentró más de una vez en las fauces de los buenos propósitos y los deseos de cambio.
 

Y, hablando de visionarios, Martin Luther King sentenció en su momento: “Sube el primer escalón con fe. No necesitas divisar toda la escalinata, solamente toma el primer escalón”. 
 

Y aquí estoy yo con mis anhelos y mi escalera, haciendo mi lista de propósitos para esta etapa que empieza, agradeciendo al verano que se haya marchado y pidiéndole a la vida que, en esta nueva etapa que comienza, si aprieta, no ahogue.

Tiempo de cambio

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