Tenemos, mejor decir padecemos, a unos cuantos políticos de los que solo se puede decir que se dedican a buscar las vueltas al rival para despellejarlo ante la sociedad civil. Cuentan con los medios que le aplauden y los socios que esperan recoger beneficio de tanto estiércol.

El ministro de consumo, entre otras cosas eleva a tres años, estaba hasta ayer en dos, las garantías de muchos de los productos que consumimos y se mostró firme con las casas de apuestas, por poner dos de los ejemplos de su paso por el gobierno.

Ahora, y aplicando una norma que nos llega de Europa, alertó sobre las super granjas y le cayó la del pulpo.

Son los mismos que dentro de unos días tienen que dar explicaciones ¡llevan años contando mentiras sobre el particular ¡ del dinero en B que dopaban a los populares en las elecciones al tener pasta embute para usar y tomar…

Por si fuera poco ponen en solfa los presupuestos, los dineros que vienen de Europa y todo lo que se mueva.

Así los presupuestos nacían muertos, las cuentas nos conducían a la quiebra y ya se anunciaban los cuatro jinetes del apocalipsis para rematar la plaga que padecemos…

Resulta que Bruselas lo avaló con nota alta. Otra patada “no cú” a las huestes de Casado y compañía. Pero, inasequibles al desaliento, si Europa nos riñe son de los suyos y si aplauden son unos rojos que apoyan a los bolivarianos y a los socios de Bildu. Ciertamente tienen que hacérselo ver. No sé si un psiquiatra o que llegue alguien con sentido común que aparte a los españoles de esa auténtica plaga.

Sufren cuando las cosas van tirando –recuerden aquello de “cuanto peor mejor para nosotros” que pedía el tándem formado por Rajoy-Montoro– y rezan para que vengan otras plagas como si no llegara con su presencia en el mundo de la política…

Nos contaba Vidal Folch en El País que en Alemania un gran acuerdo presupuestario para toda la legislatura se “arma” con contrapartidas cruzadas, concesiones mutuas, e ideas diferentes…

Aquí, como vemos a diario, es la política del no, de poner trabas a todo –ahí está el enroque de la justicia con unos organismos fuera de juego– y no ofrecer alternativas. Y es que se pasan la legislatura tirando a dar y a vece les sale el tiro por la culata.