La idea de que septiembre es el mes más triste del año es una percepción subjetiva y puede variar de persona a persona. Algunas personas pueden sentirse tristes debido a que las vacaciones de verano llegan a su fin y es hora de regresar al trabajo o a la escuela. Otras muchas personas pueden encontrar en septiembre un nuevo comienzo, ya que marca el inicio de una nueva estación y nuevas oportunidades.
Algunos motivos por los que se puede considerar septiembre como el mes más triste del año:
“Septiembre implica volver a largas rutinas de trabajo y exceso de obligaciones en las que muchas personas no se encuentran bien. Aumentan los niveles de ansiedad y de estrés y se reducen factores protectores como la conexión social y emocional con los demás. Hay cambios en nuestro reloj interno: los días son más cortos pero las responsabilidades crecen a medida que las horas de luz y sol decaen. Los pacientes recalcan que tienen menos oportunidades de ocio. Y muchos, se escudan en el clima precisamente para no salir”, afirma la psicóloga Alba Martínez.
Para las familias, la vuelta al cole también es un estrés añadido en el que hay que cuadrar millones de actividades, deberes y rutinas de estudio. “En consulta veo como las mamás a las que atiendo utilizan la tarde libre para las actividades del niño y tienen que hacer malabares para poder acudir a sus citas. Sin duda, el autocuidado también se ve dañado. Además, también lo comprobamos a nivel económico, muchas familias prefieren agendar sus citas a final de mes porque se les hace muy costoso venir a consulta con los gastos escolares que trae la vuelta al cole”, destaca la profesional.