La práctica totalidad de los españoles, el 97 por ciento, considera que las enfermedades mentales están todavía estigmatizadas y que eso influye negativamente en los enfermos a la hora de buscar ayuda, y casi dos tercios, el 64 por ciento, admite que reconocer que se tiene una de esas dolencias genera pudor.
El estigma limita considerablemente la vida de estos pacientes, y eso que reducirlo puede tener una eficacia “equivalente” a la de un tratamiento farmacológico, ha destacado Rosa Molina, psiquiatra del Hospital Universitario San Carlos de Madrid durante la presentación del estudio demoscópico “La salud mental y su percepción por parte de la opinión pública española”.
De acuerdo con este estudio presentado este jueves, víspera del Día Mundial contra la Depresión, esta enfermedad es la primera que viene a la mente cuando se habla de enfermedad mental a casi la mitad de los 1.002 personas que han participado; le siguen las enfermedades graves e incurables como la esquizofrenia (32 %) y las relacionadas con el estrés, como la ansiedad (15 %).
Pese a que la inmensa mayoría reconoce que el estigma aún perdura, también la mayor parte de los ciudadanos, un 78 %, estima que estos trastornos no deberían ser escondidos frente al 7 % que sí piensa que deberían ser ocultados.
Además, el 57 % opina que las personas que los padecen pueden llevar una vida normalizada y solo el 3 % cree que son enfermedades inventadas.
Tres de cada cuatro entrevistados percibe que tanto el tratamiento farmacológico (69 %) como el psicoterapéutico (72 %) son eficaces para hacer frente a la mayoría de las patologías, si bien el estigma y la “idea falsa de que son adictivos, malos y empeoran el pronóstico de la enfermedad” también rodea a los medicamentos, ha censurado el psiquiatra Luis Gutiérrez Rojas, del Hospital Clínico San Cecilio de Granada.
La mayoría, el 80%, sostiene que el origen de las enfermedades mentales es muy complejo porque influyen factores psicológicos, biológicos y sociales; para la mitad son de carácter subjetivo y muy difícil de tratar.
El 41 % de la población considera que el Sistema Nacional de Salud no presta una buena atención a estas patologías. Por contra, el 27 % valora esa atención, mientras que el 31% dice no tener una opinión formada al respecto. Más polarización se da sobre los propios profesionales, y mientras para el 36 % la asistencia que dan es adecuada, para el 33 % no lo es, y el 31% no tiene una opinión formada al respecto.
Casi la mitad ha buscado información sobre salud mental en Internet, especialmente los menores de 35 años (69 %) y las personas con estudios universitarios (47 %), sobre todo en blogs/webs profesionales (57 %), seguidos de otros de los que desconocen el origen (47 %) y las redes sociales científicas o profesionales especializadas en salud mental (40 %).
Unos datos que preocupan mucho a los expertos en salud mental como Miguel Ángel Álvarez de Mon, psiquiatra del Hospital Universitario Infanta Leonor, que ha invitado a sus colegas e instituciones a “dar un paso adelante” y hacer más divulgación en internet.
El estudio también revela que el 90% de los encuestados es partidario de que el suicidio se trate en los medios de comunicación, aunque uno de cada 6 advierte de que ha de hacerse de manera adecuada.
Con todo, los expertos han querido advertir del riesgo de la “psiquiatralización” de la vida cotidiana y cierta banalización de las enfermedades mentales, especialmente la depresión. “La vida es dolorosa”, ha zanjado García Rojas.