La gerente de Doña Manolita, Concha Corona, ha apreciado este año "más afluencia" de personas a esta céntrica administración de lotería de la capital, pero también que se venden menos décimos, ya que se está optando más por compartir.
Así se lo ha trasladado a Europa Press Televisión frente a una cola en la que algunos de sus integrantes han estado hasta cuatro horas para conseguir un cupón de Doña Manolita, ya que, como ha bromeado Corona, "siempre" tienen El Gordo.
Sobre la afluencia de personas, ha asegurado que se nota bastante el Puente de la Constitución, que ha alargado la fila que rodea a la administración de lotería desde verano, cuando los más previsores ya compran en este establecimiento su número para el sorteo de Navidad, que tendrá lugar como cada año el 22 de diciembre. Aún así, no se han planteado ampliar su horario de apertura, ya que "ya es de 9 a 21 horas y hay poco margen".
Preguntada por las preferencias del comprador de lotería, ha explicado que últimamente se opta más por compartir, que gustan más los números impares y que se suelen evitar los que tienen muchos ceros aunque los trabajadores de las administraciones "expliquen siempre que existe la misma posibilidad de que toque".
Uno de los números estrella de este año es el que compró la 'influencer' y mujer de Cristiano Ronaldo, Georgina Rodríguez, el 11.448. "Se nos acabó en minutos", ha explicado la gerente de Doña Manolita.
Entre los visitantes que se han acercado este viernes a Doña Manolita los ha habido que han esperado más de cuatro horas para hacerse con un décimo. "Llevamos desde las 8.30 horas y son más de las 12", ha explicado a Europa Press uno de ellos, quien ha aclarado que se trata de una "tradición" y que quiere, tras esperar tanto, que al menos se lleve "una pedrea".
"Como venimos todos los años, toque o no toque, volvemos", ha señalado un visitante de Valencia que desde hace tres año se acerca a este local junto a su mujer en busca de la "fama" que tiene Doña Manolita. Tras él se encontraba una vecina de Torrejón de Ardoz, quien ha reconocido que "nunca ha tocado nada" y que ha aprovechado la espera para hacerse "amiga de los que estaban detrás".