Las altas temperaturas provocaron la muerte a 1.320 personas desde el 1 de junio, lo que supone un 63% menos que en el mismo período de 2022 (3.607), según los datos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
El informe del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) refleja que en estos meses estivales se registraron73.566 fallecimientos, una cifra también inferior en un 19,5% a la del 2022, cuando hubo 91.445.
También disminuyó el exceso de mortalidad por todas las causas –la diferencia entre la observada y la estimada–, ya que entre el 1 de junio y el 7 de agosto hubo 3.843 fallecimientos más de los previstos, frente a los 17.870 del pasado año, lo que supone un 78,5% menos.
Según la Aemet, en el período estival de 2022 hubo tres olas de calor, la primera de ellas comenzó en la primera quincena de junio, mientras que la segunda y tercera (en julio y agosto) se prolongaron durante más de quince días. Sin embargo, este año la primera ola de calor no llegó hasta el 10 de julio, y duró apenas dos días, el mismo tiempo que se prolongó la segunda (del 17 al 19 de julio), mientras que la tercera, que comenzó este 7 de agosto se prevé que se mantenga hasta mañana.
En este año, el mayor número de muertes por exceso de calor se produjo en julio, con 984 (2.217 en el mismo mes de 2022), seguido de junio, con 225 (828 en 2022). En la primera semana de agosto hubo 111 fallecimientos, una cifra muy inferior a los mismos días del pasado año (562).
El verano de 2022 arrojó las cifras de mortalidad más elevadas de toda la serie histórica, incluyendo las del estío de 2003 que estimó un exceso de 12.804 muertes –1.719 en junio, 2.011 en julio, 8.727 en agosto y 347 los primeros quince días de septiembre–.
Las cifras del MoMo no reflejan los fallecimientos reales, sino que se trata de una estimación.