El año comenzó con la llegada de unos 350 migrantes a las islas Canarias. La primera patera del año en Canarias llegó a las 03.00 horas de este 1 de enero al muelle de Gran Tarajal (Fuerteventura) con trece migrantes que estaban en aparente buen estado.
Finalmente, a las 03.43 horas del primer día del año llegó al muelle de Arguineguín una nueva patera con 109 ocupantes en su interior sin que fuera necesario el traslado de ninguno al hospital.
Un cayuco con 32 migrantes en su interior llegó ya en la mañana del 1 de enero por sus propios medios a la zona de Las Galletas, (Tenerife), informaron ayer Salvamento Marítimo y 112 Canarias.
Una vez en tierra, los migrantes fueron asistidos por el Servicio de Urgencias Canario (SUC) y Cruz Roja, siendo necesario el traslado de uno de ellos a un centro hospitalario.
Salvamento Marítimo rescató a primera hora de la mañana de ayer otras dos pateras que fueron detectadas por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) y que transportaban un total de 92 migrantes en aguas de Gran Canaria y El Hierro.
Según informó el organismo estatal, en el caso de la primera, la salvamar ‘Macondo’ interceptó un cayuco con 71 subsaharianos –61 hombres, ocho mujeres y dos menores– y los acompañó hasta el muelle de Arguineguín (Gran Canaria).
En cuanto a la segunda embarcación irregular, la salvamar ‘Adhara’ rescató a los 21 ocupantes, todos varones subsaharianos, de un cayuco que navegaba en aguas cercanas a El Hierro y los trasladó al muelle de Las Restinga.
Un nuevo cayuco, en esta ocasión con 153 personas viajando a bordo, todas varones adultos salvo dos mujeres, arribó en la tarde del día de ayer al muelle de Arguineguín, en Gran Canaria.
Se convertía, de esta manera, en la cuarta embarcación asistida durante la jornada, la segunda en esta isla, y que elevó el total de migrantes atendidos a 248.
La embarcación fue localizada por un eco del radar SIVE de la Guardia Civil y localizada, posteriormente, por la guardamar ‘Urania’, que se encontraba prestando otro servicio, de modo que se movilizó a la salvamar ‘Macondo’,.
Ésta escoltó, finalmente, a los migrantes hasta el muelle, donde desembarcaron alrededor de las 14.40 hora local (15.40 hora peninsular). Una vez allí, los migrantes recibieron atención por parte del dispositivo sanitario puesto en marcha por el Servicio de Urgencias Canario.
Se convertía, así, en la cuarta embarcación que llegaba durante el día a Canarias, pues de madrugada la primera de esas embarcaciones fue rescatada por la salvamar ‘Izar’ a unas seis millas al sur de Morro Jable, en Fuerteventura, con tan solo tres varones de origen magrebí a bordo, que fueron desembarcados en el puerto de la localidad sureña de Fuerteventura. Los tres se encontraban en aparente buen estado de salud.
Ya durante la mañana se produjeron los anteriormente citados dos acompañamientos por parte de Salvamento: uno también al muelle de Arguineguín (auxiliado por la salvamar ‘Macondo) y otro al muelle de La Restinga, al sur de El Hierro (auxiliado por la salvamar ‘Adhara’).
En lo que respecta a los menores no acompañados, la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, dijo ayer que el Gobierno cumplirá lo firmado y se pondrá a trabajar “de manera inminente” para realizar las modificaciones legislativas necesarias y que la acogida de menores migrantes no sea opcional.
Saiz insistió en que la solidaridad en la gestión de la crisis migratoria no es una cuestión opcional sino una cuestión de Estado, pero recordó que cualquier cambio legislativo “tiene un recorrido” y deberá contar con el respaldo de las Cortes.
Por su parte el presidente del Ejecutivo canario, Fernando Clavijo, confesó ayer que en las islas siguen “desbordados” con la atención de 4.521 menores migrantes no acompañados y que las ONG “no pueden más”.
Tras reunirse en Tenerife con la ministra Elma Saiz, Clavijo apeló a no perder la “sensibilidad” con la gestión migratoria.
“No podemos deshumanizarlo todo”, señaló y destacó que es “hasta razonable” que la gente se quiera ir de su país “huyendo del hambre, de la muerte y de la miseria”, un fenómeno que tiene que administrar la Unión Europea.