Los servicios de urgencias detectaron, en los meses de abril y mayo, un aumento llamativo de pacientes alérgicos pero también de aquellos que debutaron con la enfermedad, y acudieron a urgencias por primera vez con síntomas que nunca tuvieron e incluso crisis asmáticas en distinto grado.
Esto se debe a que 2023 está siendo “el peor año de lo que va de siglo” desde el punto de vista del estrés hídrico, la falta de lluvia y la polinización exagerada por el aumento de temperaturas, caldo de cultivo para las alergias, según explicó el presidente del comité de aerobiología clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic, Juan José Zapata.
También el vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), Pascual Piñera, corroboró este aumento significativo de las alergias, en las que el perfil del debutante es el de un paciente de entre 25 a 50 años, que presenta dificultad respiratoria y asma bronquial ya que cuando la sintomatología se limita a rinorrea y congestión nasal acuden a Atención Primaria.
En España entre el 20 y 25% de la población es alérgica. Zapata recordó que en 1991, cuando comenzó a trabajar como alergólogo, la frecuencia entre la población española era del 10-15% y esa tendencia al alza se mantiene por lo que es esperable que afecte al 50% de la población en unos quince o 20 años.
Según Zapata en el crecimiento de la enfermedad influyen muchos factores, no solo la predisposición genética, también la contaminación y el entorno, que los niños estén más tiempo dentro de los hogares y que tengan pocos hermanos. Y el hecho, dice, de que haya menos enfermedades infecciosas hace que el sistema inmunológico sea más sensible a cosas que debería tolerar como el polen o los ácaros.
Este alergólogo comentó que es frecuente encontrar pacientes que inician de niños una “marcha alérgica” que que posteriormente van desarrollando pero, por primera vez, está viendo pacientes de 70 y 80 años que debutan con procesos alérgicos, “algo que antes parecía imposible”.
El aumento este año de consultas con casos agudos se disparó por el calor, la disminución en un 24% de los recursos hídricos, la falta de lluvias y el adelanto de la polinización. “Todas las plantas entraron en polinización por el calor y ello produjo un pico de casos en abril y mayo con cuadros importantes de asma.
Y estos picos terribles han pillado por sorpresa a mucha gente que no supo identificar los síntomas porque era la primera vez que los tenían y recalaron en las urgencias”, precisó el alergólogo.
Así, Zapata cree que lo que se debe hacer es no banalizar la enfermedad y tener un diagnóstico lo antes posible. “Con un buen diagnóstico y seguimiento, la enfermedad se puede controlar y conseguir que un alérgico tenga calidad de vida”, aseguró y advirtió que nadie sabe qué va pasar en los próximos meses “ya que no sería raro una segunda polinización, de la gramínea por ejemplo” con otro pico de casos y una oleada de nuevos procesos.