Tras una semana de acción, la Cumbre del Clima de la ONU (COP28) entró ayer en modo de preparación para la fase más política del encuentro, con una ofensiva de actores relevantes reafirmando sus mensajes antes del inicio de la parte más dura de la negociación, en una jornada en la que el mundo urbano entró con voz propia en la reunión climática de Dubai.
En vísperas de la jornada de descanso, que se emplea tanto para recobrar fuerzas como para que los delegados establezcan estrategias y líneas rojas para la última semana de negociaciones ya de carácter político y de alto nivel, se repitieron mensajes categóricos y demandas dirigidos tanto al gran público como a los otros negociadores para marcar el terreno.
“Seamos honestos, las buenas intenciones no reducirán a la mitad las emisiones en esta década”, señaló el secretario ejecutivo de la Convención Marco de la ONU para el Cambio Climático, Simon Stiell, en la COP28. Stiell fue claro: “Solo podemos superar la crisis climática deshaciéndonos del modelo continuista”.
Así, pidió esfuerzos en financiación y en los objetivos de adaptación, ya que el mundo necesita “un tren de alta velocidad” en este campo y lo que tiene actualmente es “un viejo furgón de cola avanzando sobre raíles desvencijados”.
La Unión Europea (UE) también marcó su territorio negociador subrayando que se necesita “que esta cumbre marque el principio del fin de los combustibles fósiles”, en boca del comisario europeo de acción climática, Wopke Hoekstra.
Junto a la ministra de Transición Ecológica española, Teresa Ribera, Hoekstra enfatizó una vez más la posición de la UE en estas conversaciones climáticas, a favor de un acuerdo que inste al mundo a deshacerse de los combustibles fósiles para cumplir el objetivo del Acuerdo de París: que el planeta no se caliente más de un grado y medio por encima de los niveles preindustriales.
Por su parte, Ribera, que habló en representación del Consejo de la UE presidido por España, destacó el “punto de inflexión histórico” que puede suponer esta cumbre para esta década “crítica”.
También habló el enviado especial de Estados Unidos para el Cambio Climático, John Kerry, quien dijo que su país aboga también por una eliminación gradual de los combustibles fósiles de su sistema energético para alcanzar el objetivo de las cero emisiones netas para 2050, así como por triplicar las capacidad renovable y duplicar la eficiencia energética a 2030, dentro de su estrategia climática.
Mientras, la COP28 acogió la jornada dedicada a las ciudades con una destacada presencia de gobiernos regionales y locales y de ministros de urbanismo y vivienda, que “por primera vez” fueron incluidos en las negociaciones climáticas.
Así lo dijo el alcalde de Varsovia y miembro del Comité Europeo de las Regiones, Rafal Trzaskowski, que acudió a Dubái para pelear allí por la creación de un fondo que dé ayudas directas a las regiones y ciudades de todo el mundo sin la intermediación de los Estados, con el objetivo de financiar sus proyectos en materia de transición ecológica. En ese sentido, 40 países acordaron un plan para incluir a los entes locales en la discusión climática y acelerar así la preparación y respuesta de las ciudades ante la crisis del calentamiento global.
Fundamentalmente, el acuerdo apunta a incluir a las ciudades “en el proceso de toma de decisiones sobre el cambio climático”, para dirigir “la acción climática en varios niveles” y para “acelerar el despliegue de financiamiento para medidas climáticas urbanas para que las ciudades estén preparadas y tengan apoyo para responder a la crisis climáticas”.