Ya bien entrado febrero, el Ayuntamiento todavía no ha fijado una fecha para la puesta en marcha oficial de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), esa medida obligada por la UE a las ciudades con más de 50.000 habitantes. A pesar de todas las declaraciones desde María Pita, los coruñeses no las tienen todas consigo, y temen que afecte a su capacidad para circular por el centro de la ciudad con sus viejos (y contaminantes) utilitarios a gasóleo. Pero el Ayuntamiento ha encontrado la solución salomónica para contentar tanto a los coruñeses como a la Unión Europea: hacer una de las más pequeñas de Galicia, de 0,13 kilómetros cuadrados.
Es un número que se queda atrás respecto a los 3,2 kilómetros cuadrados de Pontevedra, los 1,69 de Santiago o los 3,7 de Ourense, por ejemplo. Hay que señalar que A Coruña es una de las dos ciudades gallegas que, aunque no de manera oficial, ya (desde 2023) han puesto en marcha su ZBE, junto con Pontevedra, según el Ministerio de Transición Ecológica. El resto se hayan en trámite, de manera que las medidas finales pueden variar, pero los proyectos ya están sobre la mesa (deberían haber entrado en funcionamiento hace 18 meses), lo que permite una comparativa.
CIFRAS |
6 MILLONES |
47 CÁMARAS |
383 VEHÍCULOS |
0,13 KILÓMETROS |
En efecto: la ZBE, propiamente dicha, es decir, donde el tráfico está restringido, es la Ciudad Vieja y La Marina, pero hace años que nadie puede circular por ellas libremente, porque el casco histórico se peatonalizó, de manera que solo pueden acceder a ellas los vecinos y los vehículos de reparto y emergencias. Lo mismo ocurrió con La Marina una vez finalizaron las obras de O Parrote, que se dio por concluida a principios del mandato de Xulio Ferreiro, hace ya casi diez años. Así que, cuando tuvo que ajustarse a la normativa, el Ayuntamiento se limitó a designar esta zona como ZBE y a emplear los fondos europeos en un gran proyecto para gestionar y controlar el tráfico.
Como señaló la concejala de Movilidad, Noemí Díaz, en una charla vecinal en el centro cívico de la Ciudad Vieja, la ZBE coruñesa no sería como los demás. Pero, en realidad, no es cierto: lo que está haciendo A Coruña es seguir el ejemplo de muchas otras urbes que también están creando pequeñas ZBE que no supongan una molestia para los ciudadanos. Todos tienen en mente el ejemplo de Madrid Central, que generó tanta polémica, y ningún alcalde quiere que pase eso en su ciudad. Por eso desarrollan ZBE “poco ambiciosas”, según los expertos. La coordinadora en España de la campaña Clean Cities, Carmen Duce, lamentó en unas declaraciones a Europa Press que “no van a ser zonas que reduzcan emisiones porque son muy pequeñas, y con un calendario de aplicación bastante largo”.
El Área de Movilidad no se plantea restringir la circulación, por lo menos a corto y medio plazo
Ciudades grandes como Zaragoza, con más de 680.000 habitantes, tienen una ZBE de 0,6 kilómetros cuadrados que supone el 1% de su superficie. En el caso de A Coruña, con sus 0,13 kilómetros cuadrados, solo ocupa el 0,34% del municipio, a pesar de ser este muy pequeño, de 37,8 kilómetros cuadrados. En realidad, la mayor parte de estas zonas se circunscriben al casco histórico. Esto es posible porque la normativa habla solo de una parte “significativa” de la ciudad, y no incluye ninguna medida de acuerdo a su tamaño u otras circunstancias, como la contaminación.
De esta manera, los muchos coruñeses que no disponen de un vehículo eléctrico pueden estar tranquilos. “Realmente hai un medo a que se comecen a implantar medidas de limitación de vehículos nas zonas de baixas emisións pero realmente isto non é así”, había comentado la concejala de Movilidad en diciembre.
Por supuesto, las restricciones pueden cambiar. De hecho, pueden variar de ciudad en ciudad. Pero, de momento, Díaz no ve motivos para endurecer las medidas en A Coruña, que goza de una buena calidad de aire: “Non se vai facer nin a curto nin a medio prazo. Haberá que ver quizais, pode ser, a longo prazo”.