Vuelta a las andadas del Fabril en casa. La falta de constancia en su juego casi le cuesta un nuevo susto en Abegondo. Superioridad total sobre el Villalonga en el primer tiempo para acabar sufriendo en el segundo.
Como suele decirse, aunque mal dicho, el Fabril no tuvo rival. La primera parte fue un monólogo. Recordó a aquellos partidos del Barcelona en los que deshacía lentamente a su rival. Ayer no lo hizo tan lentamente. El primer acto fue un repaso en toda regla. El filial del Depor fue más profundo que nunca. Con Pinchi, el mejor jugador del equipo, situado en la banda izquierda, el Villalonga encontró su primer gran problema: defender al, probablemente, MVP de la liga.
No destacó el Fabril simplemente por Pinchi. De hecho, en el primer tiempo abusó más de las situaciones de dos contra una por la banda derecha. Blas y Borja Galán (hasta ayer extremo izquierdo) se entendieron a las mil maravillas en el carril derecho haciéndole la vida imposible a Pana, ‘3’ del Villalonga.
Una de las principales incógnitas era conocer la propuesta visitante. A Bergantiños y Arosa les dio resultado el 4-4-2 con presión alta para dificultar la salida de balón del Fabril. Lo expuso el Villalonga en los saques de puertas locales, obligando a Anxo a sacar en largo pero, en el ataque posicional del filial, el equipo de Antonio Fernández no coordinó bien la presión y, aunque sin demasiada organización, acabó replegado.
Con tres centrocampistas de talento en los pasillos interiores (Queijeiro, Hugo Rama y Alex Corredera), el Fabril campó a sus anchas cerca de la portería contraria. Pases entre líneas de Corredera, acciones individuales de Pinchi en la izquierda y situaciones de dos contra uno en la derecha fueron los argumentos de un Deportivo B que no tardó en tomar ventaja en el marcador.
Aunque su posición de partida era la banda izquierda, Pinchi se soltó con asiduidad para crear superioridades por dentro. El pichichi de la Tercera División, cazó el balón en el minuto 6 cerca del borde del área, condujo de derecha a izquierda hasta encontrar, ya en zona peligrosa, el espacio para sacar un zurdazo raso que acabó con la pelota en la red.
Una de las principales sorpresas en el once inicial fue la apuesta por Borja Domingo como delantero centro después de que Jardel tuviese la oportunidad en las últimas jornadas. El punta valenciano tuvo el 2-0 en su bota izquierda con una volea tras centro desde la izquierda de Pinchi. Un minuto después (en el 20), el Fabril volvió a atacar con peligro, aunque por la banda derecha. Blas cabalgó hasta cerca de la línea de fondo y, desde ahí, sacó un centro raso que fue desviado por Manu. El cuero acabó (2-0) en el fondo de las mallas.
Olía a goleada local, pero el Fabril ya demostró en más de una ocasión en este arranque de liga que los partidos se le hacen muy largos. Contra el Villalonga, situación parecida al choque frente al Silva. Primera parte de monólogo blanquiazul y segunda de incertidumbre. De un mal centro, muy bombeado, del lateral derecho Santi desde la derecha, se produjo la acción del único gol visitante. El balón cayó en el área pequeña y Javi Pazos, ganándole la partida a un despistado Monsalve, metió la pierna izquierda llevando el esférico a la red.
El primer cambio del Villalonga, Mota, estuvo a punto de convertirse en asistente nada más saltar al campo. Metió un buen pase interior entre Monsalve y Naveira que interpretó a la perfección Javi Pazos. El extremo derecho visitante ganó la espalda de la línea defensiva local y colocó el balón en la portería, pero el asistente estaba con la bandera levantada.
El Fabril superó una fase cuesta arriba y, aunque no pasó excesivos apuros en los últimos minutos, no fue capaz de sentenciar y se mantuvo la incertidumbre hasta el pitido final. Una vez más, las dos caras del Fabril.