Hace una semana, los percebeiros coruñeses estuvieron a punto de protagonizar una pelea con bateeiros venidos de Rianxo, a los que acusan de haber esquilmado la piedra de O Cabalo, cerca de punta Herminia, de todo el marisco que la recubría. A los bateeiros solo les interesaba la cría del mejillón, pero en el proceso arrancaron todo el percebe. El portavoz de la perceberios, Xulio Montero, pidió ayer que la Consellería de Pesca medie en un acuerdo que impida que esto se repita periódicamente.
Montero contempló desolado el daño que habían hecho a unas piedras que habían estado en veda durante diez meses. “Nese tempo, nós pagamos un vixiante do noso peto, para nada”, se lamentó. Los bateeiros no son furtivos, así que ni el vigilante ni la Policía Autonómica, a la que también alertaron de lo que estaba ocurriendo, pudieron hacer nada para detenerles. Legalmente, están en su derecho, así que no pudieron hacer otra cosa que verles marchar con su botín.
“Cando falamos con Pesca dinnos que ten un dereito histórico a facelo”, explica Montero. Los bateeiros pueden acudir a cualquier punto de la costa en busca de la mejilla, la cría del mejillón, que luego engordan en sus bateas. Pero no les importa el daño que hacen a otros colectivos que también viven del mar.
disputa histórica
“Isto xa vai de largo. Fai quince anos, en O Portiño, acabamos a palos e un foi o cárcere”, explica el portavoz del colectivo de percebeiros, formado por cincuenta personas con licencia que ven como se les impide la explotación de los recursos de los que dependen para vivir. Los baateiros se aprovechan de la veda para ahorrarse trabajo: “Cando lles decimos que vaian a outra parte, nos dín que facen o que lles peta e que veñen aquí porque poden levar en hora tanta mejilla como noutra parte tardarían días”. Y de hecho, hace una semana se llevaron 70 sacos de diez kilos cada uno.
Para Montero, todo podría solucionarse con buena voluntad por parte del colectivo de los bateeiros. “Que nos chamen, e que nos pregunten onde poden ir e nos llo decimos. Hai sitios que sí, e outros que non”, señala el percebeiro. De ahí que sea necesario la intervención de las autoridades, para tratar de llegar a un acuerdo que permita que ambos colectivos convivan y puedan trabajar sin interferencias. Los percebeiros urgen así a la Consellería de Pesca a que tome cartas en el asunto: “Algo hai que facer, porque isto é espir a un santo para vestir a outro”.