Julia Ares, la autora de los esmaltes que decoran las 17 farolas rojas del Paseo Marítimo que está retirando el Ayuntamiento a la altura de la muralla, ve factible crear una composición con las piezas de las luminarias eliminadas, para recolocarlas después en otro espacio público de la ciudad.
Por el momento, la artista no tiene un lugar preferido para mostrar su obra a los coruñeses, ya que, asegura, hace poco que tiene constancia de que el gobierno local pretendía quitar parte de las conocidas farolas del Paseo Marítimo. Cuenta que fue el alcalde, Carlos Negreira, el que la llamó para informarle del cambio, y él que le propuso buscar una salida a sus piezas.
Ares considera normal que se retiren las farolas “si no reúnen las condiciones medioambientales”. “Tiene que prevalecer la lógica y lo práctico”, añade, al tiempo que valora la relación del diseño de las luminarias con el entorno de la muralla: “No pegaban ni con cola”.
Con lo que no está de acuerdo la artista es con el mantenimiento que han tenido sus piezas expuestas en las farolas rojas en todo este tiempo. “Ni le han pasado un agua”, se queja la artista coruñesa, que recuerda que una de las condiciones que puso cuando se instalaron fue la limpieza, una vez al año, de los esmaltes.
La decisión de retirar las luminarias más próximas al castillo de San Antón forma parte del plan director de murallas, en el que se fijaba la eliminación de todos los elementos “distorsionantes” del entorno. La zona se iluminará ahora con unos focos especiales que darán más protagonismo a la muralla.