El empresario local que el pasado 29 de enero denunció un intento de agresión por parte de dos encapuchados cuando trataba de acceder al garaje de su vivienda en la avenida de Castilla, cree que puede haber testigos del ataque.
El hombre, que al día siguiente del suceso, compareció en la Audiencia Provincial en calidad de acusado por una estafa inmobiliaria relativa a la venta de un inmueble en Betanzos, volvió ayer a la sede judicial por el mismo motivo, para asistir a las conclusiones, y fue allí donde, según diversas fuentes, hizo mención al supuesto ataque y la presencia de posibles testigos. El asunto que lo sentó en el banquillo no es nuevo para él, puesto que ya el mismo tribunal y, con posterioridad, el Supremo le condenó por este fraude, a raíz de la denuncia presentada por una de las compradoras.
Ahora son otros propietarios quienes le acusan de haberles vendido pisos, trasteros y garajes a sabiendas de que sobre ellos pesaban cargas hipotecarias, de las que él mismo era el beneficiario. El juicio quedó ayer visto para sentencia.
La Guardia Civil continua con la investigación del caso, y sigue sin descartar ninguna hipótesis. El suceso llamó especialmente la atención de los betanceiros por el hecho de que los agresores utilizasen, según la denuncia de la víctima, un arma de electrochoque. El “taser”, al contacto con la persona, produce unas descargas eléctricas que imitan las señales nerviosas, que hacen que se inmovilicen las extremidades.
Según su declaración, una furgoneta blanca le bloqueó el paso cuando trataba de acceder en su coche al garaje de la casa, en la salida de la ciudad hacia Madrid. Del interior del vehículo salieron dos hombres encapuchados, que se dirigieron a él en actitud amenazante y trataron de agredirlo con la pistola eléctrica paralizante.
Según expuso, en ese momento se inició un forcejeo, del que logró zafarse y escapar de sus agresores que, al no conseguir su objetivo, huyeron en furgoneta por la N-VI.