El debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez sobrevoló la primera parte del pleno de Arteixo de ayer, en medio de reproches entre PP y PSOE y las alusiones al tiempo de campaña. En un segundo tiempo, fue el urbanismo y la situación del Portiño de Suevos. En el salón estaban los vecinos que mostraron su malestar y preocupación, mientras que el Gobierno local pedía “ter coidado có alarmismo”.
Preguntó sobre el tema el PSOE y los vecinos, en boca de Emilio Suárez, también interrogaron al concejal de Urbanismo, Alberto Castro, y al alcalde, Carlos Calvelo. Los residentes en el núcleo querían saber en “qué momento está la legalización” de las casas sobre las que pende una orden de derribo.
Momentos antes, Castro había indicado que estaban intentando que Costas “pase a liña a vinte metros do litoral”. A continuación, el Ayuntamiento tendría que aprobar una modificación puntual “para poder definir o núcleo”. Arteixo ya remitió la información a la Xunta y a Madrid de cinco núcleos residenciales: Sorrizo, Chamín, Barrañán, Valcobo y Suevos, así como otro urbano industrial, que afecta a Mafriesa. Desde Costas ordenaron corregir el documento y ahora, están a la espera de que contesten a la segunda documentación remitida en septiembre de este año.
Pasos
“¿Cal é o camiño a tomar dende o Goberno municipal se foi ou é denegada a regularización por parte do Ministerio?” Interrogó Martín Seco. “Para todo hai un plan b”, subrayó Castro. En primer lugar, confían en que llegue “favorable” la resolución de Costas. Si no es así, tienen en mente un “novo marco legal, có que se pode seguir traballando” y si así no se logra, irán a los tribunales, indicó Castro.
A partir de ese momento, comenzó un cruce de acusaciones entre los vecinos y el Gobierno local. Por un lado, Calvelo les recriminó que las relaciones entre la asociación vecinal y el Ayuntamiento era “buena”, hasta que “le dije al presidente –Emilio Suárez– que desde hoy le atendería el concejal de Participación Ciudadana, Ángel Vázquez, que es vecino. No fuimos a la asamblea porque estamos en periodo electoral y no nos parecía apropiado”, indicó.
“Creo que usted tiene un problema conmigo”, contestó Suárez. Al tiempo que recordaba al vecino que la APLU (Axencia de Protección da Legalidade Urbanística) le había derribado su casa en agosto. “Hemos puesto hasta lo que no teníamos con este vecino”.
Castro, un tanto alterado, empezó a decir que él no iba a ir “contra un xulgado, hai que cumprir a lei”. “Eu non podo ir contra o mundo, se no 94 se fixo unha vivienda ilegal, tamén pido respecto aos que si pediron licencia e que non construíron”.
Afirmó que todo el que tiene el problema lo sabe, e incluso mencionó a dos vecinos que se encontraban en el salón de plenos para decirles que sus casas “non a van tirar”.
“Traballamos para que se solucione. Que queren que diga? Léveme a mín a Teixeiro que quero facer Dereito? Falei con case todos, e fumos nós os que logramos unha demora, salvo para as ordes xudiciais. Non sei que pasará cando chegue a resolución de Madrid, pero as que teñan problemas que veñan por aquí”.
“No hemos cuestionado su labor”, comenzó afirmando Suárez, quien llegó a decir que “la actitud antes del derribo fue dolosa y lamentable. Son nuestras casas y no tenemos claro nuestro destino”.
La sesión plenaria terminó de manera abrupta, cuando el propio Suárez apuntó, en referencia a las palabras mencionadas por Castro, que hubo gente que “no construyó porque no tenía dinero”, un comentario que no sentó nada bien entre algunos de los vecinos que acudieron al salón de pleno, por lo que el presidente de la asociación pidió disculpas de manera inmediata y el alcalde levantaba la sesión.