Durante los últimos diez años de su vida, de 1650 a 1680, Velázquez escribió una de las páginas más brillantes de la historia de la pintura universal y a los retratos cortesanos que hizo durante esa época dedica el Museo del Prado una exquisita exposición.
El recorrido, en el que "Las Meninas" son las grandes protagonistas aunque no se encuentren presentes en las salas de la exposición, propone un paseo por la historia de España y de Europa así como por la historia del retrato cortesano español.
"Las Meninas dan sentido a esta exposición", según Javier Portús, jefe de conservación de pintura española del Museo del Prado y comisario de la muestra, patrocinada por AXA.
En su opinión esta obra no solo es punto de referencia para la historia de la pintura "sino también del retrato. Es la mejor radiografía de la corte española y de los juegos de poder".
Para la exposición, dividida en cinco secciones, se han seleccionado 29 obras, quince de ellas realizadas por Velázquez y las catorce restante por su taller o por sus sucesores Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño de Miranda.
Se trata de "un álbum de familia que refleja las peripecias de una grupo familiar de cuyos avatares estaba pendiente media Europa", y muestra un momento de la vida familiar de Felipe IV muy singular, tras la muerte de su mujer y de la de su hijo Baltasar Carlos, heredero de la corona.
La familia real se limitaba entonces al rey y a su hija María Teresa, lo que hacía imprescindible que el monarca se volviera a casar y se decide lo hiciera con Mariana de Austria. De este matrimonio nacen Margarita y Felipe Próspero.
En este contexto se desarrolla la labor de Velázquez como retratista. La llegada de Mariana y el nacimiento de sus hijos da lugar a una amplia demanda de retratos familiares.
"Velázquez tiene que atender estas demandas y lo hace creando obras originales y manteniendo activo un taller que las reproduce", recordó Javier Portús, que ha contado con la colaboración del Kunsthistorisches de Viena, museo que ha prestado cinco obras de Velázquez y dos de Martínez del Mazo.
Miguel Zugaza, director del Prado, agradeció también la colaboración del museo de Viena "que ha descolgado la colección completa de sus Velázquez tardíos" y aseguró que la exposición permite entender por primera vez el trabajo del taller de Velázquez así como la importancia que tuvieron sus trabajos en Martínez del Mazo y Carreño de Miranda.
El recorrido planteado por Portús, "tipológico, histórico y artístico", comienza con una selección de obras realizadas por Velázquez durante su segunda estancia en Italia, donde triunfó como retratista en la corte de Inocencio X, presente en este espacio, y disfrutó de un ambiente cultural abierto y sofisticado, representado por Camillo Massimo.
"En esta época pintó en Roma doce retratos, de los que se conservan seis, cuatro de los cuales están en la exposición", destacó el comisario.
Protagonistas de la segunda sala son "Las dos primas", la reina Mariana y la infanta María Teresa a cuyos retratos tuvo que dedicarse Velázquez a su regreso de Italia.
"Estas obras no se parecen en nada a lo que hizo en Roma ni a lo que pintó con anterioridad a este viaje. En los últimos diez años de su vida el artista se convirtió en retratista de mujeres y niños y eso trajo muchos cambios a su pintura", con una gama cromática más amplia y cálida y atendiendo de forma especial los detalles.
El siguiente espacio lo ocupa "La infanta Margarita", cuyo crecimiento desde los 3 años hasta que viajó a Viena para casarse puede contemplarse en la exposición, en la que aparece en once obras, en ocho de las cuales es protagonista.
Las dos últimas secciones muestran como la historia del retrato cortesano español continúo tras la muerte de Velázquez con sus seguidores Martínez del Mazo y Juan Carreño.
Por primera vez en 200 años, "Las Meninas" de Martínez de Mazo han abandonado el palacio inglés de Kington Lacy para formar parte de esta exposición, en la que han adquirido una importancia especial al ser publicado recientemente un estudio en el que el profesor Matías Díaz Padrón asegura que se trata de un "modeletto" o boceto creado por la mano de Velázquez.
Sobre este punto, Javier Portús no se ha pronunciado directamente aunque ha asegurado que en la exposición la obra está identificada por una cartela en la que el autor es Juan Bautista Martínez del Mazo. "Esa es la catalogación que tiene el cuadro", aseguró y comentó que esta catalogación "es compartida por la dirección del museo".
En su opinión, esta es la primera vez en que se ha creado el contexto que permite conocer mejor el cuadro y hacerse una idea precisa. "Al encontrarse en una sala junto a otras obras de Martínez de Mazo, se le da al visitante todos los elementos de juicio para que se haga una idea".
Mila Trenas