La que fue la primera alerta roja del año, provocada por la borrasca “Justine”, podría haber pasado sin pena ni gloria de no ser por el incidente que protagonizaron dos sujetos que montaban sendas motos acuáticas en la zona de O Portiño. Uno de ellos llegó a rodar toda la península para desembarcar finalmente en el dique de abrigo, lo que provocó varias llamadas de los residentes de los distintos barrio a medida que lo iban avistando. Al llegar al refugio, fue recibido por las autoridades, que lo identificaron y dieron conocimiento de ello a Salvamento Marítimo, por si procede una sanción.
Según los servicios de emergencia, estos dos sujetos (ambos venidos de fuera de la comunidad) habían botado al mar sus motos en la pequeña dársena de O Portiño, y habían navegado hasta el campo de regatas de la ola grande de O Portiño, donde los surfistas practican. Se sabe que contaban con apoyo en tierra, porque en un momento dado, cuando el estado del mar empeoró, pasadas las seis de la tarde, fue esta tercera persona la que alertó a las autoridades.
La fuerte resaca hacía peligrosa la aproximación en tierra, pero uno de ellos lo consiguió. El otro decidió dirigirse al dique de abrigo, mucho más protegido.
Costeando
Mientras costeaba, los servicios de emergencia recibieron llamadas alertando de la presencia de una moto acuática surcando las olas en plena alerta roja: la primera en O Portiño, San Pedro, la Casa de los Peces y Os Pelamios, hasta que llegó a tierra. La moto arrastraba una tabla de rescate, por lo que se sospecha que pudo ser una especie de práctica.
Salvamento Marítimo envió el Helimer, mientras que el Ayuntamiento envió tres unidades de Bomberos, incluido el Grupo de Rescate Acuático (GRA) que permanecieron en tierra por tierra, así como dos de Protección Civil y la Policía Local.
Por lo demás, fue una alerta muy tranquila, gracias al viento del sur, y solo durante la pleamar (alrededor de las cinco y media de la tarde) fue necesario cerrar a los peatones el tramo de acera entre el Hotel Riazor y Las Catalinas. El agua superó el obstáculo de la dunas y salpicó levemente, al igual que en la Casa de los Peces.