Bergondo honrará a Filomena Dato después de que el Gobierno de Pérez Máquez decidiese secundar la propuesta de la Asociación Irmáns Suárez Picallo de Sada. Los restos de la escritora ourensana, “moi vinculada” al municipio, descansan en el camposanto de San Vicente de Moruxo. Aquí, en uno de los ángulos menos conocidos de la costa mariñana pero a su vez de los más encantadores, pasó temporadas de sosiego, y su recuerdo todavía prevalece en la descendencia de quienes asistieron a las visitas de Sofía Casanova, de Pardo Bazán o de Fanny Garrido al Pazo do Curro, donde se alojaba Dato. Y aquí también estrechó su amistad con otro ilustre veraneante bergondés, Alejandro Pérez Lugín, quien la cita en su obra “La corredoira y la rúa” y le dedica la consideración de “Poetisa das Mariñas”.
En las últimas horas, el Ayuntamiento de Bergondo y la Asociación Suárez Picallo, trasladaron su iniciativa a la Real Academia Galega, “que amosou a súa total disposición en levar a cabo o recoñecemento”, apuntaron desde el Gobierno de Pérez.
La reunión entre las tres entidades se celebró en la sede de la RAG, con la asistencia de su presidente Víctor F. Freixanes y del secretario, Henrique Monteagudo. Por parte del colectivo sadense, acudieron el presidente, la vicepresidenta y la vicesecretaria, Francisco Pita, Marisa Naveiro y Rexina Basadre, y por parte de la institución local, las ediles de Cultura y de Bienestar Social, Patricia Vázquez y Begoña Calviño.
Pilares
La idea es que los actos se celebren en el cementerio de Moruxo, hasta donde se desplazaría la Real Acedemia Galega. En este sentido, el Gobierno de Bergondo, además de alabar la iniciativa de la Suárez Picallo, se mostró agradecido con la RAG. “Sempre contarán co apoio municipal para lembrar a unha figura moi importante na literatura galega”, explicaron desde la coalición PSOE-Anova Irmandade Nacionalista.
La historia del municipio se asienta sobre dos pilares principales: la emigración y la orfebrería, como demuestran una industria todavía en activo y matizan inmuebles como A Senra. Pero existe otro Bergondo. El que escribieron personalidades como Manuel Bartolomé Cossío, Francisco Giner de los Ríos o Xan Vicente Viqueira. También Filomena Dato Muruais (Ourense, 1856).
Los pazos, las quintas, y las mansiones construidas por los indianos, se convirtieron en escenarios de sus tertulias, en lugares de inspiración para ensayos y poemas que, en el caso de Dato, suponen una oportunidad para conocer otra Galicia. En el cementerio de Moruxo, algo “revuelto” tras una serie de obras en los 50, no quedan lápidas ni placas, pero su nombre se mantiene en la memoria de los vecinos, que todavía conservan algún ejemplar de sus “Follatos”, dedicados a Isabel Francisca de Borbón.