Sergio Dalma se resetea como el disco duro de un ordenador. Lo hace cada vez que se enfrenta a un disco y ya van 17. Prueba otros sonidos y juega con su timbre para llevarlo a otros terrenos, a géneros que va tocando con su varita mágica hasta hacerlos suyos. 
El catalán desembarcará el 21 de mayo a las 21.00 horas con “Dalma” en el Palacio de la Ópera, donde mastica composiciones del vigués Iván Ferreiro, Conchita o Pablo Cebrián, que también produce el álbum. Entonces, su tono vocal se vuelve cristalino y limpio porque “mi voz no solo es rota, hay otras opciones aunque la marca de la casa está ahí”. Después, explica, la gente tiene que decantarse. 
Para hacerlo, el artista lo servirá en cuatro partes dentro de un espectáculo en el que asegura romper con todo lo anterior. 
En la primera, destilará lo nuevo: “En dos horas hay tiempo para todo”. En una segunda, se adentrará en “Vía Dalma” para lanzarse al acústico en una tercera y convencer. Y es que en este punto, rescatará canciones conocidas para darles una vuelta y meterse en una recta final en la que Galilea se vestirá de rojo una vez más y Dalma hará que el público viaje hasta el polo para reafirmar aquello de que “bailar pegados no es bailar”. 
Dice Sergio que en este punto  del show es inevitable saltar de la butaca. En este sentido, afirma que A Coruña y Galicia en general “es una plaza que siempre responde”. Aunque cada vez cuesta más sorprender, Dalma señala que el hecho de trabajar con otros, despierta nuevas inquietudes: “Tengo un rollo camaleónico y ganas de mostrar cosas nuevas”. 
De ahí, que en el último trabajo se alíe con el sonido más británico, “fusionado con mi voz”. El que lleva 25 años encima de los escenarios le da un toque positivo a  su colección de canciones para que las degusten hasta tres generaciones, que son las que se juntan cuando toca repasar su repertorio en directo. 
Lo hacen de forma natural y espontánea y aunque hay muchas que son fijas en la quiniela, la que le hizo quedar de cuarto en Eurovisión es, sin duda, la que más le piden: “Los hay que todavía no habían nacido, pero eso es lo mejor de la música”. 
En este aspecto, Sergio Dalma le da mucho valor a los clásicos y que suene un “Solo para ti” le reconforta porque “no renuncio a mis principios”. Para que todo quede en armonía, el artista los actualiza y los pone en el mismo nivel de sonido que lo demás. 
Así el conjunto es como ver un álbum de fotos de una vida, la de un cantante que no se cansa y siempre sonríe: “Asumo riesgos, pero sino no estaría vivo”. 
Ante su nuevo experimento, explica que los seguidores lo están disfrutando y el aplauso final confirma que merece la pena  seguir dando giros. No encasillarse en lo hecho y mirar de frente a ver lo que depara el momento y los profesionales con los que trabaja.