La política de la Xunta y las declaraciones de varios de sus portavoces lo dejaba entrever, pero nunca uno de ellos había sido tan claro como Agustín Hernández. El conselleiro de Infraestruturas afirmó el jueves que el principal aeropuerto de Galicia tiene que ser Lavacolla mientras que Alvedro y Peinador serían complementarios. Por tanto, el aeródromo coruñés, que llegó a mover más de 1,2 millones de pasajeros anuales en su mejor momento, queda así relegado a un segundo plano.
En concreto, el responsable autonómico apostó por que exista una “terminal central, que es la de Santiago, y dos especializadas como las de Alvedro y Vigo”, aunque al mismo tiempo tampoco aclaró cómo. Y es que el caso coruñés, por ejemplo, es un aeropuerto principalmente de negocios, pero ello no evita que haya perdido rutas a importantes destinos económicos como Valencia o Bilbao, además de la reducción de vuelos a Madrid, la conexión más importante que tenía A Coruña.
Pese a esta afirmación –durante la firma de un convenio en el ayuntamiento de Santiago–, Hernández insistió en la “coordinación” de las tres instalaciones. Afirma que el Gobierno está analizando “el impulso de los aeropuertos desde una perspectiva global, con una Galicia que funcione como destino único y de que aprovechemos las potencialidades de las tres terminales”.
descenso
Respecto a la pérdida de pasajeros que sufren los tres aeródromos, descarta que se deba a la competencia entre las tres ciudades: “No es consecuencia de ninguna circunstancia relacionada con la existencia de las tres terminales, sino de la situación económica que tiene este país y de la reducción del turismo que afecta a toda Europa”.
En cualquier caso, Hernández resalta que la competencia aeroportuaria depende del Ministerio de Fomento y no de la Xunta: “Me consta que están trabajando para darle contenido al comité de coordinación de los tres aeropuertos”, para que las tres terminales puedan funcionar “de forma coordinada”. Este órgano fue creado por el anterior ministro de Fomento, José Blanco, pero no funcionó por la falta de entendimiento entre el ejecutivo autonómico y los municipales, y se acabó dejando morir.
Las afirmaciones se conocen justo en el día en que el partido Unión Coruñesa realizaba una protesta delante del palacio municipal para reclamar un mayor apoyo a Alvedro. n