La convivencia diaria con las obras casi siempre es complicada, y más cuando se trata de una infraestructura del calibre de la Tercera Ronda. Esta es la situación que viven desde hace meses (incluso años) los vecinos de barrios como San Cristóbal das Viñas, As Rañas o A Zapateira. En este último caso, la proximidad de los trabajos de construcción está provocando más de un quebradero de cabeza a los vecinos, concretamente, a los residentes de la Urbanización Ultreya.

Varias viviendas del complejo urbanístico presentan numerosas grietas que sus propietarios atribuyen a las voladuras realizadas en el terreno donde irá el trazado del vial de circunvalación. La proximidad de la zona de las explosiones a la urbanización es, según, los vecinos la causa más clara de la aparición de desperfectos en los últimos meses.

“Cuando localicé la primera grieta en el bajocubierta, me pareció raro, porque acababa de pintar y recebar, pero, me enteré de que había otros vecinos que les había pasado lo mismo”, comenta Ángeles Sánchez, que reside en el número 7 de Ultreya.

Su amiga y vecina, Pilar Lago, propietaria del número 24, lleva semanas descubriendo nuevas fisuras en las paredes de su casa. “Al principio no le di mucha importancia, pero a medida que iba limpiando, encontraba más y más grietas: en las habitaciones, en la ducha, en los azulejos de la cocina...”, afirma Lago. Su vivienda es una de las más afectadas por las voladuras, hasta tal punto, que el ruido de las explosiones hace temblar los cimientos. “Hace unos dos meses, estaba en mi cuarto y noté como se movía la cama”, relata la vecina afectada, “llegué a pensar que era un terremoto y llamé a mi hija”. Lago asegura que desde entonces vive con miedo a que el inmueble se le “caiga encima”. “Yo estoy normalmente en casa a la hora de las voladuras, y algunas veces se oye un ruido muy fuerte y otras se notan las vibraciones”, afirma. También apunta que su vecina con la que comparte pared (ya que se trata de chalés adosados), también ha detectado grietas, aunque parecen ser de menor tamaño que las del 24.

un nuevo sismógrafo

“El arquitecto me explicó que la dinamita coge una veta en la misma línea en la que está situada la casa y la onda expansiva se transmite a través de esa veta, por eso unas están más afectadas que otras”, señala Lago.

Tanto ella como sus vecinos, han reclamado a Fomento, que es el responsable de ese tramo de la Tercera Ronda. Precisamente, unos técnicos del ministerio visitaban ayer algunos de los chalés afectados para examinar los daños. Los expertos aseguran que el sismógrafo de la obra está adaptado para que las voladuras no perjudiquen a las casas, pero han acordado colocar uno nuevo en las viviendas para controlar las vibraciones y determinar las medidas a seguir mientras continúen las detonaciones. n