Para cocinar galletas no hace falta pagar electricidad ni butano, y para hacer una parrillada campestre no hay que gastar en carbón: solo es necesario un terreno al aire libre y un buen día de sol. Esto es lo que se empeñó en desmostrar ayer el IV Encuentro Solar, organizado ayer en el campus de Elviña por la Universidade, el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Someso y la organización ecologista Adega, en el que los asistentes cocinaron y degustaron más de setenta platos cocinados en hornos solares hechos con cartón y cristal.
Según explica Juan Bello, profesor de centro de Someso, un horno solar se puede hacer fácilmente por “tres, cinco euros” con una caja de cartón con paredes aislantes y una tapa de cristal. Los rayos del sol pasan a través del cristal y, debido a que el calor no puede disiparse en el aire o en el suelo por el material aislante de las paredes, la temperatura del interior aumenta hasta alcanzar los 150 grados centígrados, “e a esa temperatura cociñas o que queiras”, señala Bello.
Otros de los asistentes optaron por un modelo aún más simple: la comida se preparó en cazuelas situadas sobre superficies reflectantes. En un día de sol como el de ayer, la temperatura del cazo ya aumentaría con tal de que estuviese expuesto al sol, pero la superficie que lo rodea concentra los rayos del sol en el recipiente.
Ambos sistemas son completamente ecológicos y no precisan que se consuma combustible fósil. Solo dependen de los rayos del sol, que ayer se prodigaron durante la celebración de la actividad, entre las 10.00 y las 16.30 horas.
una jornada completa
El encuentro de ayer empezó con el montaje y exposición de los hornos, en torno a las diez de la mañana, ante el edificio Xoana Capdevielle del campus de Elviña. A las 11.30 horas, los asistentes introdujeron la comida en las cocinas solares para que se fuese preparando, y, mientras se cocinaba, visitaron las instalaciones de energía solar fotovoltaica presentes en el centro de investigación universitario CITIC, de la mano de un técnico superior de mantenimiento de la institución educativa.
En torno a las tres de la tarde empezó una comida en la que los presentes compartieron sus recetas y platos y que culminó el día. Durante toda la actividad se expusieron diversos modelos de aparatos para aprovechar la energía del sol, aportados por Adega, el centro de Someso o el público asistente, y la asociación ecologista mostró a los presentes la muestra itinerante “A enerxía solar”.
El centro de Someso lleva años empleando los hornos solares como “ferramenta didáctica” en el diseño de edificios bioclimáticos, según Bello. Ayer, los profesores y alumnos del centro acudieron al Encuentro Solar con cerca de cuarenta cocinas. Otros 25 asistentes al encuentro construyeron sus propios hornos solares en un taller que formaba parte del programa de actividades del encuentro, organizado por la Oficina de Medio Ambiente de la universidad. Otros asistentes aportaron sus propios hornos y recetas, hasta sumar cerca de 70 cocinas solares. En el encuentro celebrado el año pasado se quedaron en medio centenar.