Poco más de cuatro meses para las elecciones municipales y grandes proyectos por aprobar. Entre ellos, los presupuestos de este 2015 y el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM). Todo ello tiene que pasar obligatoriamente por el pleno y recibir el visto bueno de los grupos, más aún con la situación en la que se encuentra el PP en Sada.
La notable minoría con la que debe lidiar el alcalde, Ernesto Anido, desde diciembre de 2013, cuando decidiera despedir del gobierno local a los cinco concejales del PDSP, todos ellos con una dedicación exclusiva en el Ayuntamiento, hace que cualquier asunto que exija su paso por el pleno se convierta casi en un suplicio.
El PP sadense depende sencillamente de la oposición. Sin ella, no hay nada que hacer. Y con los que fueran sus socios sabe que no puede contar ni por asomo. La consigna desde el partido presidido por Ramón Rodríguez Ares es clara, y pasa por el enfrentamiento con el gobierno local, por lo que el sitio donde más repercusión tendrá la escenificación de sus desacuerdos es precisamente el salón de plenos.
Pero a Anido le queda otra opción: los dos partidos que formaban el bipartito del gobierno anterior y que tanto criticó durante los dos primeros años de su mandato, el BNG y el PSOE.
menos crispación
Bien es cierto que el nivel de crispación ha bajado mucho de un año a esta parte. De hecho, públicamente el alcalde ha agradecido en más de una ocasión el talante de estos dos grupos en el debate plenario, especialmente el de los socialistas, que le han sacado de algún apuro al propio regidor.
No hay más que recordar la votación para retirarle el sueldo a Anido, donde el PSOE consideró que, aunque la gestión del alcalde no le gustara, estaba ejerciendo una labor y debe ser remunerado por ello.
De este modo, el regidor sadense en moderadamente optimista respecto a los presupuestos. En realidad, a todo el mundo le conviene trabajar, salga quien salga en las elecciones de mayo, con unos presupuestos aprobados para afrontar la segunda mitad de este año.
Ya pasó algo similar hace cuatro años. El BNG y el PSOE, bajo el mandato de Abel López Soto, llevaba dos años consecutivos –ejercicios 2009 y 2010– con los presupuestos prorrogados de 2008.
abstenciones
Sin embargo, a la hora de debatir las partidas para 2011, se logró al menos la abstención de parte de la oposición –encabezada por los no adscritos Marcos López, Fernando Illanes y Mar Fernández–, lo que posibilitó que salieran adelante y, en consecuencia, el nuevo gobierno resultante de la cita con las urnas en mayo de 2011 pudiera afrontar el resto de ese curso con los presupuestos aprobados. Ahora, Anido buscará ese consenso.
Y lo hará reuniéndose antes de ese pleno con los grupos de la oposición. Es decir, llevando a la práctica un diálogo que le exigían desde estos mismos grupos cuando el gobierno local se quedó en minoría.
El más insistente en este sentido fue el BNG, que quiso dejar claro en los plenos que, sin negociación previa, el ejecutivo no iba a conseguir nada.
Lo que el gobierno local le presentará al resto de grupos será un proyecto de presupuestos de once millones de euros, una cifra similar, como recuerdan, a los de 2013. Asimismo, destacan que el documento destaca por la “desaparición del endeudamiento y la congelación de las tasas, como una bajada en las correspondientes de saneamiento y abastecimiento de agua”.
inversiones
La principal ventaja de tener unos presupuestos aprobados en lugar de los prorrogados de años anteriores es que el capítulo de inversiones está plenamente vigente y actualizado. Es decir, unas partidas de las que se puede tirar, cosa que con el prorrogado no se puede.
Anido anunció ayer que las cuentas de 2015, en caso de aprobarse, permitirán realizar esas inversiones y mantener los servicios públicos “con todas las garantías”.