Durante trece meses para completar uno de los mayores puzles del mundo, compuesto por un total de 40.320 piezas y dedicado a Disney.
Con 6,8 metros de largo por 1,92 de ancho y un precio próximo a los 400 euros, este rompecabezas está dividido en varias escenas de algunos de los títulos más conocidos de Disney: “La Bella y la Bestia”, “Blancanieves y Los Siete Enanitos”, “Dumbo”, “El Rey León” o “Peter Pan”. Según relata esta vecina de la pequeña población de Las Heredades, entre los términos municipales de Almoradí y Rojales, el de Peter Pan fue “el último en terminar y el más complicado de armar”. El 28 de noviembre de 2017 arrancó esta hazaña de Paquita llevada a cabo en una de las habitaciones de su casa y durante sus “ratos libres”. “Cuando completaba las escenas, lo guardaba y empaquetaba”, y una vez terminado totalmente, lo desplazó hasta el salón-comedor del bar de su hermana, situado en esta pequeña pedanía alicantina, para llevar a cabo allí su montaje definitivo.
Y en este bar permanece hasta el momento y a la espera de ser vendido, que es el objetivo final, “para así poder comprarse el puzle más grande del mundo, de 42.000 piezas”, según sus palabras, que lleva por título “La vuelta al mundo”. Este último rompecabezas, creado hace un año aproximadamente, permite recorrer el planeta a través de monumentos, paisajes naturales, edificios y lugares emblemáticos de todos los continentes. Tras admitir que cada día que pasa le da “más pena” ponerlo a la venta por el trabajo de más de un año, relató como curiosidad que perdió una de las piezas, lo que le obligó a pedir una nueva a la casa, con lo que resolvió la situación sin mayores problemas.
La afición de los puzles de Paquita Parres le viene desde hace algo más de 18 años cuando empezó a hacerlos con el objetivo de “entretenerse y despejar la cabeza con un problema” que tuvo, y hasta ahora ya ha conseguido realizar una treintena de rompecabezas de gran formato, que conserva, asegura, “debajo de la cama”. Tener paciencia y no rendirse es el secreto de esta mujer que eligió este puzzle, entre otras razones, porque tiene nietos, e indica que a ellos les gustan las películas de la factoría Disney.
Así, Paquita asegura que hacer lo puzles “me despeja mi mente y me relaja. Puedo llegar a pasar horas enteras de pie, apoyada a la tabla, y sentir que el tiempo no pasa”, manifestó esta alicantina que, a día de hoy y todavía con la mente en la proeza que acaba de completar, ya ha iniciado otros dos nuevos retos, unos rompecabezas que reciben el calificativo de “imposibles” por la dificultad para formarlos. l