Ahogado en la primera parte por una buena presión organizada –que no suicida– del Manchester City, el Real Madrid llegó con más energía al tramo final del partido: ya sin delanteros (Ronaldo en la grada y Benzema en la caseta tras el descanso) jugó mejor y generó más ocasiones –la de Pepe fue clamorosa– que un rival que, en cambio, tuvo la última en una falta lateral ejecutada por De Bruyne, el futbolista más peligroso de los ‘citizens’.
Sin Ronaldo, sin vestirse por lesión, el Real Madrid perdió galones; los galones que le otorgaría a cualquier equipo contar en su once inicial con el máximo goleador de la Champions. No es que Lucas Vázquez no aporte, que lo hizo, pero con CR en el campo, tal vez el Manchester City no hubiese tuteado a un coleccionista de ‘orejonas’ como lo hizo en el primer tiempo.
A los puntos, el equipo de Manuel Pellegrini fue superior, sin avasallar (ni mucho menos), al Madrid en el primer tiempo. Presionó bien la salida de balón del conjunto merengue provocando los errores de Pepe y Ramos en numerosos pases interiores. Con el paso de los minutos, el City consiguió que el juego se desarrollase cerca del área defendida por Keylor Navas. Dos zocazos –uno de Pepe (tarjeta amarilla) y otro de Sergio Ramos (sin amonestación)– provocaron inquietud en el área tras la ejecución de las correspondientes faltas laterales. Pérdidas, imprecisiones y más pérdidas en un Real Madrid que dio un paso al frente tras la lesión (minuto 40) de David Silva. El mediapunta ‘citizen-canario’ cometió falta sobre Bale y sintió molestias en la parte trasera de su muslo derecho. Iheanacho, que le metió dos goles al Stoke City en la Premier, saltó al campo para acompañar a Agüero en la punta de ataque y mandar a De Bruyne a la izquierda: el belga perdió mucho de su ‘punch’ tirado en la banda.
En los cinco últimos minutos del primer acto, el Real Madrid confeccionó sus ataques más largos y pausados y, a consecuencia, provocó el único saque de esquina (mal ejecutado, por cierto) en todo el primer tiempo.
Si el de Silva fue un contratiempo para el Manchester City, tras el descanso se dio a conocer el del Madrid: Benzema se quedó en la caseta para descomponer un poco más la temida BBC de la que yo solo quedaba Bale. Jesé al campo y velocidad sin referencia en el trío de piezas más avanzadas: Lucas-Jesé-Bale.
El fútbol inglés, el de ida y vuelta, el que no quiso proponer Pellegrini, brotó inevitablemente a medida que transcurrían los minutos. El desgaste físico y psicológico propiciado por el esfuerzo que demanda una semifinal de Champions damnificó a un City que no consiguió mantener su estructura en el tramo final del partido. Destacó Pepe en el poderío y la concentración que le permitieron ganar todo balón dividido, también el equilibrio que proporciona el antiestético pero necesario Casemiro y el ojo clínico de Modric, un jugador total que combina responsabilidad e inteligencia en cada una de sus acciones.
El partido de ayer dejó muy claro que Zidane no confía en James (0 minutos) ni en Isco (entró en el 89). Ni siquiera cuando Ronaldo está en la grada y Benzema no salta al campo tras el descanso. Y en el Real Madrid no hay otro delantero centro, aunque lo de la planificación de la plantilla es otra película.
El primer aviso serio del Madrid fue el remate al larguero (min.70) de Jesé tras una apertura de Lucas a Carvajal y un centro manso de lateral sobre la cabeza del canario. Con el City roto, con mucho espacios en zonas interiores, Kroos condujo y Bale disparó desde la frontal (min.74) cerca del palo.
a balón parado
El portero Joe Hart salvó a su equipo en dos acciones claves. En las dos, Kroos ejecutó saques de esquina desde la izquierda. En el primero (min.78) desvió con los pies un cabezazo de Casemiro y en el segundo, en la ocasión más clara del partido (min.81), se encontró un zurdazo de Pepe desde el área pequeña.
Después de la tempestad llegó la calma para el City y De Bruyne, en una falta lateral, tuvo (min.92) la última del partido que Keylor Navas despejó por encima del larguero.
Como en los cuartos de final ante el Wolfsburgo, aunque sin tanto que remar, Madrid volverá a ser la City y el Santiago Bernabéu dictará sentencia.