Paris Joel lo deja. Esta noche ofrecerá su último concierto en solitario en la sala Baba Bar de A Coruña –“el local que mejor nos ha entendido y donde más a gusto estamos”, afirma sin dudar–. Ni siquiera lo hará en su casa, en Sada, donde asegura no haber recibido ni un mínimo apoyo en los últimos años. De hecho, ha cancelado un concierto allí y otro en Oleiros. Ahora trabajará por la música desde otra perspectiva, más en la sombra, ayudando a los jóvenes que empiezan y promocionando lo que, al fin y al cabo, es un estilo de vida, un modo de transmitir a través de la canción. Músicos de los pies a la cabeza a los que –insiste una y otra vez– nadie les regala absolutamente nada. Todo lo contrario.
¿Por qué el último concierto? ¿Qué ha pasado?
Por cansancio. Como músico, pude hacer todo lo que estaba en mi mano. Todo eso lo he hecho ya. Y a nivel local, lo he realizado con creces. Llevo desde los 16 años en la música y en el pasado Carnaval cumplí tres décadas en esto. Ya tuve un parón anteriormente, pero lo retomé con 40 años y a esa edad no es nada fácil. Tengo casi 48 y la presión no puedo estar soportándola continuamente. Es más, considero que es muy injusto que esto lo pague mi familia, porque todo el tiempo que me quita dejo de dedicárselo a mis hijos.
¿Entonces es definitivo? ¿Ya no le veremos más como protagonista único de un concierto?
El proyecto de las canciones propias ya no va a más, así que es mejor hacer un parón sine die. Dejo la puerta abierta, pero de entrada no me planteo volver. Eso no quita que siga trabajando en la asociación Viernes de Cantautar –que preside–. Además, ahora que tenemos un local en Sada (el Ayuntamiento les cede la Oficina da Xuventude unas horas los fines de semana) a lo mejor organizo algún concierto gratuito, pero nada más. No veo respuesta. En cualquier caso, seguiré componiendo canciones.
Se dice que nadie es profeta en su tierra. ¿Nota que le ha faltado cariño en Sada?
A nivel local, lo que copa todo son los grupos de versiones. De todo tipo. Lo único que queda por versionar es Cañita Brava... No sé cómo la gente no se cansa de escuchar “La chica de ayer” cantada por 11 tíos distintos. Pero, efectivamente, en Sada lo he tenido todo en contra en los últimos tiempos. El Sadautor se ha estado desarrollando en estas ediciones anteriores sin ningún tipo de apoyo, con presupuesto cero. La lucha ha sido brutal. Ya me gustaría haber contado con una cuarta parte del apoyo del Sardines... La Administración no es que no apoye, simplemente no deja hacer... Nunca el músico estuvo peor en este país.
Es decir, como si retrocediéramos en el tiempo.
Absolutamente. Vamos para atrás. Envidio, por ejemplo, la situación de los compañeros de Sudamérica. Por lo menos les dejan hacer, pero aquí hasta fiscalizan las verbenas.
¿No es una contradicción afirmar que lo deja cansado, entre otras cosas, por lo difícil que se lo ponen a los cantautores y, al mismo tiempo, apostar por una asociación que promocione la canción de autor?
Hay que seguir luchando. Creo que puedo aportar más a otros en edad de merecer que no seguir yo con mi mitad de siglo... Si alguien tiene la fuerza necesaria es la juventud. Ahora estamos obteniendo una buena respuesta del público a nivel conjunto, con varias personas, poniendo un reclamo como un artista homenajeado... Sí es verdad que a nivel solitario poco funciona. Pero no le echo la culpa a los demás, ojo. Soy muy autocrítico y tengo claro que si algo no funciona, tendré yo la culpa y me lo tendré que replantear. A día de hoy parece que lo que hago es insuficiente.
Viernes de Cantautar volverá en octubre. ¿Necesitaba también la asociación un respiro?
Hemos puesto en marcha en los últimos meses los conciertos de ocasión y las sesiones de guitarra abierta en Sada, los conciertos mensuales en el Baba Bar de A Coruña... El objetivo es echar una mano. Pero sí, volveremos en el mes de octubre. Ahora mismo necesitábamos vacaciones, sobre todo yo. n