Es la undécima de su carrera y suena. Tiene banda sonora, a pesar de que se titula “Imposible canción de amor”. La coruñesa Abril Camino cuenta la historia de un reencuentro entre Ada y Hugo y cada uno de los capítulos responden a un tema con estribillo conocido para los lectores.
De este modo, el idilio también lo canta Pau Donés en “La flaca”. Tiene algo de Robe en “Dulce introducción al caos” y baila con Leiva aquella que el de Alameda de Osuna le dedica a “Lady Madrid”, “así hasta 48”, que son los episodios de un amor chico chica, que se conocen en la universidad y que tienen una relación breve, “como muy de los 20 años, pero que les marcó más de lo que pensaban”. Cuando terminan sus estudios, marchan. Ella se pasa diez años viajando por el mundo hasta que, con 33 años, “su hermana la reclama en Madrid porque pasa por un mal momento y Ada busca un trabajo”.
Es precisamente ahí, en el nuevo chollo donde se produce el reencuentro con Hugo, “sus circunstancias han cambiando tanto que los han cambiando a ellos. Ella es muy independiente, con ganas de volar sola, algo que ya tenía claro a los 20, pero que diez años después, lo tiene más claro todavía”. A él le pasó algo que hizo que todo lo que soñaba se desmoronase. Su situación es especial, pero antes de hacer spoiler la novelista habla de que el libro “te plantea qué harías tú si te pasara eso” que es la clave de la literatura, que provoque signos de interrogación en la cabeza. Como lectora, Abril es lo que busca. La novelista se confiesa autora de comedia romántica, a la que defiende a ultranza. Aquí se enmarca la que entretiene, pero también la que inquieta como esta y sin querer, se le escapa un “a mis lectoras”, que son sus principales seguidoras: “El 99% son mujeres”.
Abril cree que esto se debe a que hay un enorme prejuicio hacia las historias de amor, una cuestión que le parece “tristísima porque si me dices que es exclusivamente femenino lo puedo entender o que no te interesa, pero el amor es universal”. Y esas ideas prefijadas vienen de largo, “pueden pensar que escribo ñoño, pero en mis libros no hay príncipes ni princesas. Son muy realistas y urbanas”.
Así que atiende a 150 mensajes, todos de chicas, que le aplauden por una novedad donde se estrena en la poesía: “Esa fue la parte más difícil, es un género que me encanta leer, pero nunca me había atrevido a escribir”. Tardó lo mismo en escribir los ocho poemas que le atribuye a Hugo en su tiempo libre que las 500 páginas de una novela, cuya semilla salió de una conversación en 2017 con una amiga también escritora. Ambas se preguntaron en alto que podría pasar en 2019 para que unos enamorados no pudieran estar juntos. El desarrollo y el desenlace están en “Imposible canción de amor”.