Juan Carlos Quer declaró ayer que “recibí llamadas de socorro de mis hijas, pues se encontraban en situación límite” y aseguró que no estaban bien con su madre. Precisó que como padre se personó en los tribunales para lograr restablecer una buena situación para las niñas, pero que no obtuvo resultado. Se refirió a la resolución dictada este miércoles por la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Riveira por la que se le retiró cautelarmente a su madre la custodia de Valeria, de 16 años. Precisó que la medida se adoptó de oficio y no a petición de la parte, como consecuencia de informaciones que recibió la juez en un informe hospitalario sobre la chiquilla, que presentaba un cuadro médico lo suficientemente preocupante como para que se interesase por su caso. “Se trataba de hechos muy graves para la salud de la niña”, dijo el padre. Esa circunstancia motivó la comparecencia en sede judicial de tres horas y media del progenitor al no poder acudir su hija debido a su estado.
El padre de Diana Quer, sensiblemente emocionado, indicó que la resolución judicial responde al objetivo prioritario de proteger a Valeria, de la que dijo que se encuentra muy afectada emocionalmente y que necesita “serenidad, equilibrio y cariño por parte de sus familiares, que es lo que le estamos dando”. Juan Carlos añadió que su hija pequeña está tranquila, estable y que “eso es lo que pretendemos que continúe”, y agregó que se encuentra en un entorno protegido y estable que va a mantener con discreción. Del mismo modo, precisó que la niña observa esto desde el daño emocional que supone: “Está en una montaña rusa ahora mismo, e intentamos que se serene y tranquilice y que tenga mucho afecto y cariño, y eso es lo que estamos haciendo”.
Juan Carlos Quer manifestó que con posterioridad a que aparezca su hija, ya habrá tiempo para hablar de todo lo que ha acontecido en este proceso terrible de divorcio”, y precisó que lo hará con la finalidad de que los responsables políticos de este país para evitar que “desatinos terribles que ha cometido la Justicia, que han culminado en situaciones como las que estamos viviendo jamás vuelvan a producirse”. Subrayó que la retirada de la custodia “desgraciadamente llega muy tarde”, pues lleva despertándose todas las mañana desde hace tres años esperando por esa decisión, que cree que “debería haberse tomado hace mucho, mucho tiempo”. Y matizó que lo que importa ahora es que su hija aparezca, una labor en la que dijo que está volcando desde el inicio, en que tuvo conocimiento de la desaparición, y en la que está contando con la colaboración de muchas personas.
En este sentido, el padre de Diana, dijo que no tiene palabras para agradecer la colaboración de los residentes en A Pobra, pueblo gallego y resto de España, y les pidió que sigan atentos a su alrededor pues detrás de la desaparición de su hija está la de cualquier persona y que “es obligación de todos contribuir de modo activo para facilitar cualquier testimonio, apoyo o pista que permitan conducir al paradero de mi hija. Es mi petición y ruego personal para conseguir que lleguemos a tiempo de recuperar a Diana sana y salva”.
LAMADRE DE DIANA
La reacción de la madre de la joven madrileña desaparecida, Diana López-Penil, que manifestó que no quería entrar a responder los comentarios de su exmarido, no se hizo esperar. En una carta asegura sentirse “hundida, triste y destrozada”, pero que sigue con “fe en Dios”. Y expresó “desde lo más hondo” de su corazón la tristeza que siente y que está motivada principalmente por la desaparición de su hija y por la “angustia y sufrimiento que ello le provoca”. “Mi corazón no alcanza a entender nada de lo que está pasando a mi alrededor en estos momentos. Tener lo que más quieres lejos de ti es el peor sufrimiento, pero tener a tu hija lejos y no saber si está viva no se puede explicar con palabras, es un sentir”, subraya López-Penil.
Recordó que desde el principio iba a ser la voz de su hija y que ahora la alza para decir “que todo esto no le parecería nada bien”. Añadió que ni la gente que ha salido diciendo ser su amiga, ni el amigo que dice haber sido algo más, ni las supuestas discusiones que no fueron y, por supuesto, y mucho más importante, sentiría vergüenza de ver que se están anteponiendo temas que nada tienen que ver con ella, ni con su edad, ni con su vida, como son los relacionados con juzgados y demás cosas de pareja que no tienen que afectarle”, precisó.
Diana López-Penil define a su hija como “todo corazón” y criticó en forma de pregunta que ni siquiera en este momento de ausencia pueden “determinadas personas” dejar una guerra que nunca debería haber existido y que “ha hecho tanto daño”. Concluyó afirmando que su única preocupación es que aparezca Diana “nada más”. Por su parte, su abogado, Pedro de Bernardo Riaza, indicó ayer desde su despacho en Majadahonda que aún no tomaron una decisión sobre si recurrirán -tiene un plazo de 5 días para ello- la resolución que le retira la custodia de Valeria a la madre, debido a que se decretó el secreto de sumario desconoce cuales son la fundamentación y el contenido de la misma. De todos modos, califica la medida de “inoportuna, inadecuada, desacertada e innecesaria”, además de que añade mayor dolor a una madre que tiene una hija desaparecida. El letrado añadió que si lo que se pretendía en estos momentos era proteger a la niña, “lo lógico sería ordenar su ingreso en un centro donde esté atendida permanentemente, pues de ser cierto lo que hacía en casa de la madre también lo puede hacer junto al padre”, precisó.