Los lobos se están acercando cada vez más a los municipios costeros y sus ataques son más frecuentes que hace unos años. Así lo señalan los ganaderos afectados, que están sufriendo importantes pérdidas sin que, según manifiestan, la Xunta de Galicia los compense por los daños sufridos.
El último episodio se produjo el pasado fin de semana en el lugar de Sandes, en la parroquia nedense de Anca. Los lobos atacaron a dos ovejas y un carnero, propiedad de Juan Cebreiro Allegue, que se encontraban en una finca situada en las proximidades de varias viviendas que están deshabitadas.
Una de las ovejas y el carnero aparecieron en las proximidades de un riachuelo, posiblemente porque trataron de escapar, mientras que la otra se quedó en la misma pradera en la que estaba pastando.
Las ovejas fueron descubiertos en estado agonizante por unos cazadores, que fueron los que alertaron al dueño, que tuvo que sacrificarlas para acabar con su sufrimiento, mientras que el carnero ya estaba muerto cuando lo encontraron. En el lugar de los hechos aparecieron unas pisadas que tanto los cazadores como el ganadero afectado por la pérdida atribuyen al lobo.
Las reses fueron retiradas el pasado lunes por los servicios de la Xunta, en cuyas oficinas de Ferrol cursó ayer la baja de las mismas el dueño.
Según explicó a este periódico Juan Cebreiro, las dos ovejas, que estaban preñadas, están valoradas en alrededor de 200 euros cada una, cantidad por la que reclamará la oportuna indemnización. En el caso del carnero, se trataba de un animal de menos de un año al que todavía no se había colocado el crotal, por lo que ya no cabe formular reclamación.
Esta misma familia posee más ovejas que están en otra finca y desde que ocurrió el ataque tienen que encargase de meterlas en un lugar cerrado todas las noches.
Según los datos recogidos por este periódico, otro vecino del lugar de Fontevella, también en la parroquia de Anca, en el municipio de Neda, sufrió la pérdida de cinco ovejas hace una semana.
Estos ataques vienen a sumarse a los registrados a principios de enero en el municipio de A Capela, en la zona de O Forgoselo. En este caso los ganaderos aseguran haber visto lobos en las proximidades de las viviendas y un vecino llegó a prácticamente sacarle de la boca a uno una de sus ovejas, mientras que por otra ya no pudo hacer nada.
Los dueños de terneros y potros también están sufriendo las consecuencias de estos ataques en la zona de O Forgoselo.
En la parroquia de Alto Xestoso, en el municipio de Monfero, se vienen registrando, asimismo, muertes en la ganadería, como consecuencia de las incursiones de los lobos en fincas particulares y montes comunales.
El caso más destacado es el ocurrido en el pasado mes de diciembre en una finca gestionada por la Xunta de Galicia en el denominado Marco da Curra, en la que aparecieron muertas un total de 22 ovejas.