La Guardia Civil investiga la identidad del cadáver hallado en las últimas horas en Talai. Aunque todo apunta a que se trata del septuagenario desaparecido hace casi un mes en A Ribeira, pues los servicios de emergencias encontraron el DNI de esta persona a escasos metros del cuerpo, en el mismo núcleo de Talai.
Según indicó el 112, a las 17.30 horas de ayer, Protección Civil de Betanzos comunicó al CIAE la aparición de un cadáver en estado de descomposición en un área boscosa próxima al camino que lleva a Armea. La Policía Local se ocupó de los trámites y de avisar al juez de guardia, que acudió de inmediato hasta Talai.
Por el momento, no se ha confirmado de manera oficial la identidad de la persona, si bien se apunta a la posibilidad de que el desaparecido se acercase hasta allí para recuperar su coche, un asunto con el que, al parecer, se había obsesionado después de que se lo retiraran unas semanas antes al considerar que no estaba en condiciones de conducir. En la zona, Bellavista, es donde se ubica el depósito municipal de vehículos. Los cuerpos de seguridad se encargan, en estos momentos, de resolver el caso y confirmar si los restos pertenecen a “Cholo”.
Dispositivo
La Guardia Civil, la Policía Local y Protección Civil de Betanzos buscaron a Antonio Pena Edreira, “Cholo”, un vecino de A Ribeira de 78 años al que se le perdió la pista hace casi un mes, por todo el municipio, aunque se centraron en las áreas próximas al río Mandeo. El primer día, la presencia de un helicóptero sobrevolando la ciudad, que aterrizó en los terrenos de O Carregal próximos a la piscina, alarmó a los betanceiros que, nada más conocer el motivo de su desplazamiento al municipio, se volcaron con el operativo, a través de las redes sociales y ofreciéndose como voluntarios para sumarse al rastreo, que diri-gieron desde el Instituto Armado y en el que también participaron de manera activa varios dropones y los perros de rescate de la Asociación Casaga, pero sin rastro de “Cholo”. Hasta ayer, a punto de cumplirse cuatro semanas de la desaparición de este betanceiro, cuando unos vecinos “que estaban mirando un monte” dieron con unos restos en Talai que podrían ser los del septuagenario.