A pesar de que en los años 60 existió un importante movimiento juvenil en Palavea que comenzó en una precaria barraca de madera que dio paso al actual centro cívico, hoy en día son escasas las opciones de oferta cultural para los jóvenes que viven en el barrio. Este diagnóstico es compartido tanto por los propios afectados como por la Asociación Sociocultural Campo da Pena, que aseguran que “se encuentran tan claramente desconectados del centro cívico como el centro de ellos”.
Es por esto que desde finales del pasado año, alrededor de una decena de jóvenes decidió autoorganizarse y se reúne cada viernes de 18.30 a 20.00 horas en la instalación municipal para llevar a cabo actividades y talleres, animados y coordinados por la entidad sociocultural. Así, se llevó a cabo un taller de educación sexual a cargo de Espazo Diverso, consiguieron un aula de estudio con un amplio horario y también un espacio en el que llevar a cabo juegos y actividades. Próximamente, la escritora Eli Ríos acudirá a darles una charla sobre la igualdad y la diversidad y el mercado de trueque organizado por Campo da Pena a finales de diciembre con el objetivo de que sea de carácter mensual también conforma una actividad en la que participan los adolescentes.
“Los jóvenes de entre 12 y 20 años solicitan más actividades porque las que se ofertan en el centro de la cuidad les hacen salir del barrio y depender de las bajas frecuencias de buses, sin contar con servicio de bus nocturno”, destacan desde la propia asociación, poniendo el foco en el aislamiento que sufren.
Así, los afectados se muestran muy críticos con la oferta actual y la gestión de centro, ya que consideran que hay una nula publicidad de las actividades y critican hechos como el que tengan que llevar de casa algunos materiales como el reproductor de música o juegos. “El centro cívico podría aportar más cosas de las que ofrece”, dice uno de los adolescentes, Alejandro García, afirmación a la que se suma su compañero Daniel Paulos, que manifiesta con vehemencia que se encuentran con muchas “pegas e inconvenientes”.
Alba Canzobre considera que hay que movilizar e implicar más a los jóvenes y todos coinciden en que es necesario aumentar la oferta de actividades. Esta joven propone, por ejemplo, la realización de un lip-dub o vídeo musical por el barrio con canciones creadas por ellos y también quieren solicitar el salón de actos para proyectar películas, organizar actividades deportivas al aire libre.
Inquietudes
Más charlas, especialmente de medioambiente y sexualidad, que son algunos de los temas que mencionan, así como rutas y visitas, actos benéficos, cursos de dibujo, artesanía y manualidades con materiales reciclados, clases de canto, defensa personal o capoeira son algunas de las demandas de los jóvenes que residen en el barrio de Palavea.
“Nuestra asociación, de reciente creación y con una limitada capacidad económica fruto solo de las cuotas anuales de los socios, se ha puesto manos a la obra en todo ello, pero es preciso que otras instituciones también respondan, ya sea el centro cívico, la asociación de vecinos como el propio Ayuntamiento”, aseguran desde Campo da Pena.
Esta misma semana, la entidad se reunió con la Concejalía de Bienestar Social, una cita en la que el Ayuntamiento se comprometió a mandar a unas técnicas del departamento por el centro y se mostraron interesados en conocer la programación de las actividades propuestas por los propios jóvenes y por la asociación sociocultural.