Los encargados de investigar el crimen de los alpes franceses, en el que murieron cuatro personas dudan ahora de que el tiroteo fue obra de un profesional y comienzan a decantarse por la hipótesis de que los asesinatos fueron cometidos por un “psicópata que actuó en solitario” que podría haber estado ingresado en una institución mental, publica el tabloide “Daily Mirror”, en una información de la que se hace eco el diario “El Mundo”.
Los agentes basan esta afirmación en que la pistola utilizada, una 30 Luger, “sugiere que no se trata de un asesino profesional”.
“La hipótesis de una sola persona, mentalmente trastornada, gana peso”, afirma el jefe de la investigación, Eric Maillaud, quien adelanta que las pesquisas se prolongarán en el tiempo. Según fuentes del caso los agentes están investigando a los pacientes que han sido dados de alta recientemente o que ese día disfrutaban de un permiso”.
El crimen se produjo en junio, en la zona boscosa de Chevaline, en el lago de Annecy, en el este del país. Allí fueron encontradas muertas cuatro personas. Tres de ellas se hallaban en el interior de un vehículo BMW con matrícula británica. En concreto, fueron asesinados el empresario de origen iraquí Saad al-Hilli, su esposa y su suegra. Además, su hija mayor, de siete años, resultó gravemente herida, mientras que su hermana, de cuatro, se salvó al esconderse entre las maletas y las piernas de su madre y su abuela.
El cuarto fallecido fue un ciclista vecino de la zona, que había salido a hacer deporte y que fue hallado con varios disparos a poca distancia del vehículo de las otras víctimas.