Los trabajadores de Alcoa están viendo, por primera vez, la luz al final del túnel. El presidente y primer ejecutivo de la multinacional, Roy Harvey, se mostró favorable en una reunión con analistas económicos, a la venta de la planta de San Cibrao al Estado. Reconoce que hay dos vías, la judicial, que está en marcha y otra, “intentar que una empresa estatal tome posesión de la planta, si realmente España quiere seguir produciendo aluminio”. La cuestión es que, ahora, el Gobierno demuestre que todo su apoyo, todas sus afirmaciones sobre el futuro de la factoría de Alcoa eran algo más que un brindis al sol y dé el paso para salvar unos empleos que se antojan como fundamentales para A Mariña.