a Feijóo no le gusta un ápice la idea de Casado de vender la sede del partido. Seguramente no sea porque el presidente gallego le tenga un especial apego al edificio de Génova 13. En realidad, más parece que el titular de la Xunta está más cabreado por la falta de autocrítica en la dirección de su partido tras las elecciones catalanas que por otra cosa. Que Casado y los suyos deciden poner a la venta la sede, pues allá ellos, pero lo que en realidad importa es conseguir que el Partido Popular vuelva a ser lo que fue, el aglutinante de todos los votos de centro derecha del país y eso, es evidente, ni Casado ni su equipo están siendo capaces de lograrlo. Lo otro son fuegos de artificio que en un país que está luchando a brazo partido contra una pandemia, poco importa. Seguro que en la reunión de ayer entre Feijóo y Casado el primero le dijo muy claramente lo que piensa y, de nuevo, Casado haría muy bien en atender a los consejos de su hombre fuerte en Galicia, al fin y al cabo, él ha conseguido en esta comunidad ser eso, el aglutinador de todo el centro derecha.