Es buena medida aprende los maestros. Pocos en España de la categoría intelectual y literaria del consagrado Antonio Gala. Su experiencia de la vida y de sus circunstancias hacen que le leamos con deleite y también con dedicación. Y Gala ha dicho que España anda excitada y con motivo: el Gobierno que tiene, personificado en Rajoy, que nunca está donde más falta hace; en “Wert y no ver”, o en el pequeño y desnortado ministro de Cambil (Jaén) con aire de marioneta, no son los rasgos más favorables para dibujar un porvenir bonito. La desconfianza del ciudadano, cuando es fundada, invalida toda política dudosa. Con razón, además.
El ciudadano o entiende lo que pasa y por qué pasa o se defiende. O se desentiende, harto de coles, que quizá sea peor. Y hace bien. Ahora el PP quiere atar 40 capitales, el PSOE busca un liderazgo interino e IU vive con rencor su fracaso. En pocas palabras, ceremonia de la confusión. Por otra parte, la prensa nos muestra cómo se compra a un concejal. Y es que una edil de UP y D de Brunete (Madrid) grabó el intento del alcalde (del PP, faltaría más) de “sobornarle” para que se pasara a su partido. Dicha grabación muestra al alcalde, un tal Borja Gutiérrez Iglesias, “brillante pepero”, ofreciendo favores personales a una edil del UP y D para conseguir su apoyo para alcanzar la mayoría. La Concejal dice que le ofrecieron “el 10% de los contratos municipales”. “Si tengo que hacer esfuerzos, los hago, del tipo que sean” dijo el honrado, egregio y ejemplarizante alcalde pepero.
Desde luego, de un tiempo a esta parte, si Rajoy monta un circo, le crecen los enanos y si funda una fábrica de gorras, los niños nacen sin cabeza. El 1 de Octubre de 2011 la hija de la concejal firmaba un contrato y, según la edil, permaneció en ese puesto un año “hasta que vieron que, definitivamente, yo no aceptaba sus propuestas”. Tras el despido de la hija de la concejal siguieron insistiendo. “Me ofrecieron incluso que se firmase la oferta ante notario: uno de los tres primeros puestos del PP para las próximas elecciones, un puesto de trabajo para mi hija, la tercera Tenencia de Alcaldía y el área que yo quisiese. Lo más grave es que me decían que Génova estaba conformes”.
Estas propuestas siempre se hicieron a través de intermediarios. Cuando, queridos lectores, leemos párrafos como el que antecede, nos dan ganas de llegar a las urnas y vomitar en ellas, en lugar de depositar el voto.
Creo que inmoralidades tan grandes las hay en otros partidos, pero el que está ahora en el poder es el PP. Por tal razón, para ellos va el vómito.