Si, queridos lectores, la prensa publica y los sindicatos censuran la “innecesaria” búsqueda de jefes fuera del Ayuntamiento de La Coruña. Es más, la junta de personal ha rechazado la medida del Gobierno local, aunque admite que es legal, pero a veces lo legal no es lo moral y adecuado. Concretamente, las centrales sindicales acusan al Ejecutivo local de tratar de evitar, con dicha medida, nombramientos de determinadas personas que acaso no tragarían con el proceder de algunos miembros de dicho Gobierno local. Y para que nada nos quede en el tintero diremos que la oposición acusa al PP de regularizar a aquellos que le son afines, fieles o, simplemente, estómagos agradecidos. Me dirán ustedes que el partido en el poder, sea cual sea, siempre hace lo mismo. De acuerdo, pero es que, en este momento, en el poder están los peperos y cortan el bacalao en cuanto pueden. Pero los sindicatos van más lejos y dicen que el sistema puesto en práctica por los peperos hace perder oportunidades al personal municipal más cualificado que está que fuma en pipa. No lo dicen por miedo a las represalias pero sí, fuman en pipa de indio sioux. Por su parte, los socialistas aseguran que esta política ha generado “malestar” en la plantilla del Ayuntamiento. Si sólo fuera malestar... Bajo cuerda y en privado los funcionarios comentan que esto parece Orense en los tiempos de aquel maestro de aldea por nombre Baltar que hacía y deshacía a su antojo.
Si a todo lo dicho añadimos que Negreira sembró el Ayuntamiento de fontaneros, abrazafarolas, lameculos o como ustedes quieran, verán que es lógico el tremendo malestar de mucho funcionarios por oposición, que se quemaron las pestañas y abrasaron los codos preparando unos exámenes que otros –los frescales e incompetentes fontaneros– no tuvieron que hacer en modo alguno. El concejal Santiso ha dicho al respecto: “Parece que no les llega con colocar en Vendex a los suyos y ahora quieren hacerlo en el Ayuntamiento”.
Poco más cabe añadir en este caótico estado de cosas. Ah: elecciones el 25 de mayo.