El Presidente legítimo del legítimo Gobierno, ha llegado a Moncloa y va a por todas. En este empeño, el jefe del Ejecutivo, no camina en solitario. No sólo tiene a su lado al ministro 23, 24 y 25 –todos en uno– llamado Iván Redondo, sino a que distancia controlada están los catalanes Rufián y Aragonés que con un ojo miran a Madrid y con otro a Lledoners. Nada nos puede sorprender. Cuando se trata de la famosa geometría variable todos los equilibrios son pocos. Estos equilibrios pueden resultar admirables si no se notara tanto el plumero. Y es que se les nota demasiado.
Se les nota, cuando con voz de no haber roto un plato en su vida, portavoces socialistas hablan de la reforma del Código Penal para modificar delitos sexuales, ecológicos... pero lo que verdad importa a los socialistas, es dar una nueva redacción al delito de sedición. Se les nota tanto que todo lo demás suena a puro atrezzo.
Que nadie se engañe. Esto va de procurar que Junqueras y otros salgan de la cárcel lo antes posible. No habrá indultos. Se irá de la ley a la ley y como el texto final será más liviano que el actual ya hay cálculos que apuestan a que antes de final de año, Junqueras podría estar en la calle. No pasarán muchas semanas sin que esta propuesta de reforma llegue al Congreso y no duden que saldrá adelante. La oposición no tiene margen de maniobra parlamentario y hasta es posible que ni siquiera se hable con ellos. Los hechos van demostrando que el Gobierno tiene más comprensión, más diplomacia e incluso más indulgencia con ERC y Bildu que con el PP. Con ellos se pacta. El PP, bloquea y punto.
Sánchez va a por todas. No es necesario modificar la Constitución para ir dando satisfacción a quienes le auparon a la Presidencia, le basta la mayoría que ahora tiene. Cuando se trata de cuestiones que requieran mayoría cualificada bastará con afirmar que con el PP de Casado no se puede hablar porque Vox le ha inoculado de intransigencia. Habrá que decir que la intransigencia de Vox, su afán por abrir debates improcedentes en el fondo y en la forma, no está prestando favor alguno al país. Es más, da argumentos todos los días para lo que se llama relato de quienes lo exageran de manera deliberada, sin mover una ceja. Estos pueden llegar a pensar que son dioses bajados del Olimpo para poner orden y justicia en un país llamado España en donde más de dos millones de niños son pobres, a los homosexuales se les persigue y a las mujeres se nos lapida si tenemos media aventura extramatrimonial. En España hay muchos ciudadanos con enormes necesidades no satisfechas, hay intransigentes y homófonos, hay hombres que matan a sus mujeres, hay gente que roba y que mata.¡¡Claro, hay de todo como en todas partes!! Y a todo esto hay que prestar atención, y denunciarlo y poner las bases e incluso el castigo necesario para que no ocurra. Solo añadir que si como dice el Presidente en España hay mas de dos millones de niños en situación de pobreza, el Gobierno ya está tardando en tomar medidas rápidas y precisas.
Con todo, España no necesita dioses bajados del Olimpo. Necesita de un Gobierno que en este afán de ir a por todas. Van demasiado almidonados algunos socialistas. Solo ellos encarnan el bien, la justicia y la verdad. Pues ¿saben?, mejor que se anden con un poquito de cuidado porque ganar, ganarán pero no van a convencer. De eso pueden estar seguros si la Oposición es capaz de actuar con inteligencia, sin especiales prisas, pero con la calma oportuna. Si el contratiempo serio de no alcanzar el poder se maneja con mesura pero con precisión se convierte en una oportunidad. Sánchez ya ha encontrado la suya.