En eso de coronados por el virus, estamos en la zona templada. Mejor que el Depor, vamos. Pero nadie puede negar que esta pandemia agravó la situación, sobre todo en Atención Primaria, donde la falta de medios, la precarización de sus sanitarios –herencia de la economía de Rajoy abrazada con éxito por nuestro presidente, que si bien se desmarca de forma ostensible del PP, fue un alumno aventajado en los recortes. No es una opinión sino las declaraciones de los propios profesionales que avisan de los problemas que amenazan a la sanidad gallega en otoño con parecidas deficiencias.
Varias fueron las protestas de los sanitarios y por su parte la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública denuncia que los enfermos de otras patologías al margen del Covid-19, son hoy por hoy una carga asistencial tremenda en enfermos hipertensos, diabéticos, etc. Problemas que ya pesaba sobe la sanidad gallega antes de la pandemia pero que ahora se agravan.
De las residencias geriátricas se podía hacer una película de terror. Todo junto es una realidad que demuestra la pasividad de la administración gallega .La decisión del gobierno central de repartir responsabilidades con las autoridades autonómicas –algo que se pedía a gritos desde hace meses– ahora se convierten en acusaciones desde la oposición. Y los rebrotes, un aviso de lo que nos espera para los próximos meses según los expertos, que acusan directamente a esos ciudadanos que incumplen las normas poniendo en riesgo a sus conciudadanos.
A estos problemas se une el inicio del curso escolar. Un manifiesto firmado por casi un centenar de enseñantes no tuvo eco en la Xunta. Ante la falta de respuesta han decidido continuar con la presión. Varios colectivos, apoyados por el Consello Escolar anuncian manifestaciones el primero de setiembre como protesta ante el actual protocolo y los enseñantes amenazan con una huelga.
A estas protestas se unirá el personal de limpieza en las escuelas que piden más medios y más personal. Y llegan noticias de asociaciones de padres de alumnos que mantienen sus quejas al desconocer los protocolos que regirán en torno a los comedores escolares. Lo penúltimo es la convocatoria de una huelga de los estudiantes contra el protocolo de la vuelta a clase. Todo esto en vísperas de la toma de posesión de Feijóo como presidente de la Xunta. Por si falla podemos encomendarnos a San José de Calasanz, patrono de los docentes y al efecto de las multas por incumplir la cuarentena.