Pocas cosas generan un debate tan intenso y en el que se preste a entrar un público tan ecléctico como la mejor tortilla y el rincón secreto de la ciudad que para muchos guarda algo así como la fórmula de la Coca Cola. Sin embargo, la ‘tortillificación’ tanto de los coruñeses como de aquellos que han descubierto recientemente las maravillas de la variante betanceira hacen que cada vez esos ‘templos’ sean menos secretos. Si bien el ranking popular es cuestión de gustos, en la mayoría de ellos el Pontejos ‘toca medalla’. Forma parte de ese triunvirato tradicional junto a la multipremiada O Cabo y la ya internacional A Penela. Ahora, el histórico local del mercado de San Agustín se hace también Universal, por más que el viaje sea de apenas unos cientos de metros.

La tortilla del Pontejos forma parte de la nueva carta de salados del café Universal, situado en el número 1 de la Estrecha de San Andrés. Es una de las numerosas novedades que ha introducido la nueva gerencia, el grupo Cero, sin querer tocar la esencia de uno de los lugares con más personalidad del centro. “No va a ser un sitio para comer o cenar como tal, pero sí para merendar o tomarte una caña con productos servidos por negocios de la zona”, indica Álvaro Veiga, también propietario del exitoso Casto. Entre esos productos conocidos por cualquier coruñés están los churros de Bonilla a la Vista, las tartas de Praliné o la propia tortilla de Pontejos. “Queríamos proveedores locales con negocios pequeños de barrio, y así también le dimos una vuelta a la carta”, subraya.

Esencia 

Quienes accedan al nuevo Universal percibirán la esencia de siempre, pero con pequeños grandes matices que, en muchos casos, están llamados a recuperar el concepto o la apariencia primigenia. Uno de los trabajos más minuciosos en los casi dos meses de adecuación ha tenido que ver con la iluminación. “La idea no era diferenciarnos demasiado. Hemos cambiado bastante cosas como la iluminación, independientemente de la esencia de café de barrio antiguo con espíritu cercano que se ha mantenido. Se ha trabajado también mucho en la insonorización”, explica Veiga. Además, también se ha recuperado el suelo de la zapatería antigua, además del escaparate de esta. “Era una seña de identidad”, sentencia la propiedad.

La pantalla de cine con clásicos en blanco y negro, los cafés a fuego lento con largas conversaciones o las actuaciones musicales para una audiencia reducida son algunas de las notas características del Universal que no cambiarán, sino que modificarán el foco y la atmósfera para conseguir una experiencia más completa. 

Y todo ello con un auténtico ejercicio de ‘coruñesismo’, al posibilitar que la tortilla del Pontejos, una de las más demandadas, amplíe su capacidad de calado. Y es que no siempre es posible encontrar un sitio en la esquina entre la calle del marqués y la de Pío XII. Junto a los churros de Bonilla, habrá CTV que serían capaces de no levantarse en todo el día.