El politólogo italiano Govanni Sartori afirmaba que el terrorismo islamista, caracterizado por su radical fanatismo religioso, solo sería derrotado por Occidente, si sabe reaccionar y no duda en la defensa de “sus valores y civilización ético-política”. Esa convicción la expresaba claramente sosteniendo que “el multiculturalismo no existe”. En nuestra sociedad, decía, “tenemos unas normas generales, unos principios. El migrante puede hacer en su casa lo que quiera; pero debe aceptar las reglas del Estado que le acoge”.
Y se reafirmaba en esa idea, sosteniendo que “el Islam es incompatible con nuestra cultura. Sus regímenes son teocracias que se fundan en la voluntad de Alá mientras que en Occidente se fundan en la democracia”, concluyendo que “Dios y pueblo son dos principios de legitimación opuestos”. Coincidiendo con las consideraciones anteriores, Isaiah Berlin, citado por Romay Beccaría, lo explicaba perfectamente con estas palabras: “Hay ciertos principios morales que forman parte profunda de lo que concebimos como naturaleza humana. Como esos principios son fundamentales y han sido reconocidos durante mucho tiempo de un modo generalizado, tendemos a considerarlos normas éticas universales y que en la práctica son las que se contienen en la Declaración de Derecho Humanos de 1948”.
El multiculturalismo es la coexistencia de distintas culturas en un determinado territorio en el que cada grupo humano conserva su manera de obrar, pensar y sentir, lo que solo es posible si los valores que encarnan dichas culturas son más o menos afines y no contrarios y excluyentes. Cuando dichas culturas no son antagónicas cabe incluso su mutua influencia, o lo que es lo mismo “el interculturalismo” .
Tanto el multiculturalismo como el interculturalismo solo pueden darse en sociedades que compartan valores respetuosos con los derechos humanos. Finalmente, debe subrayarse que el multiculturalismo puede darse también dentro de un mismo Estado, mediante el reconocimiento de la coexistencia de culturas propias diferentes y no hostiles o contrarias.