todo eso y promover el bien de cuantos integran la Nación española, abre el preámbulo de la Constitución que mañana se recuerda. Pero muchos “se saltan” párrafos que garantizan leyes que conforman un orden económico y social justo. ¿Lo saben, lo tienen en cuenta, nuestros próceres? Y es que la Constitución promueve asegurar una digna calidad de vida. ¡Y todo esto, compañeros, en el preámbulo. Pero sigamos: ninguna confesión tendrá carácter estatal y los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española. Y la Constitución garantiza el derecho a la educación que tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
Hay más de lo que nunca se habla “entre la gene rica”: todos contribuir al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica. Un sistema inspirado en los principios de igualdad y progresividad, Y ¿Dónde queda eso de todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda adecuada. E insiste en el tema con “Regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la corrupción”.
Pues tenemos otro artículo, dentro del capítulo dedicado a la economía y hacienda, de especial interés: toda la riqueza del país en sus distintas formas Sea cual sea su titularidad y está subordinada al interés general.
Y, atención a la afirmación, el Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad consagrada en el artículo segundo de la Constitución velando por un equilibrio económico, adecuado y justo, entre las diversas partes del territorio español
¿Cómo lo llevan conciudadanos? Pues ahora llega el artículo 50 que habla “de los veteranos”: los poderes públicos garantizarán mediante pensiones adecuadas, y periódicamente actualizadas, promoviendo además su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atiendan sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio.
Tampoco estará de más que nuestros legisladores –además de 155– se detengan en el artículo 92 que dice “las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.
Todo lo anterior no es una ilusión, tampoco un sueño a defender desde las trincheras de izquierda o progresista pues obliga bajo epígrafes como “tienen derecho”, “garantizarán”, “promoverán” también a la derecha. Y es ley de leyes. Y ofrece justicia, libertad y seguridad. ¿De verdad, dirá usted que4rido lector? Y yo remato: si es verdad celebrémoslo mañana que es su día.